13 de diciembre de 2011

Pascual.

Clementina Giuliani y Juan Sorella habían venido alrededor de 1915 desde Calabria, Italia.
Típico caso de inmigrantes en búsqueda de una vida mejor, llegaron a Zárate -al norte de la provincia de Buenos Aires- y tuvieron 6 hijos.
En 1923 nació Pascual, el más chico.

Pascual se casó con Rosa, y tuvieron dos hijas mujeres.
Trabajó mucho tiempo en una funeraria de las más conocidas de Campana, ciudad vecina, adonde se había mudado años atrás.

Los fines de semana vendía facturas en la esquina de Rocca y 25 de Mayo, pleno centro. Tiempo después, para los que salían de "pachanguear" en la puerta de Tropicana, un "baile" donde gente mayor y soltera iba en busca de algo más que buena suerte.
No necesitaba trabajar, estaba jubilado. Pero él no podía estar quieto, no podía tirarse al vicio de no hacer nada y dejar que se le ralentizara el cerebro con el tiempo.

Le encantaba salir a pescar. Preparaba todo el equipo en la Citroneta celeste, armaba la vianda y salía cerca de las once de la mañana los domingos.
Tenía una paciencia indescriptible para esperar que pique una mojarrita, que sacaba feliz como si fuera el dorado más grande del Río Paraná.
Ya se había hecho amigo de todos los que vivían en el club y alrededores. Entraba gratis porque el presidente era un familiar. Contactos ventajeros clásicos del argentino promedio.

A veces sacaba algún dorado de tamaño importante, que se comía en la semana y después se picoteaba frío.

Sufría de diabetes, pero escondía en su taller bolsas con los mejores caramelos de praliné, turrones y alfajores que compraba casi de a cajas.
Y fumaba. No podía, pero se fumaba algún que otro toscano a escondidas de todos.

Le costó muchísimo el cambio del Austral al Peso. No le cerraban las cuentas y muchas veces lo podrían haber engañado, pero la gente en el barrio lo quería tanto que le explicaba cincuenta veces lo mismo.

Más de una vez me hizo algún regalo que yo quería, creyendo que el importe era equivalente a Australes, y le terminaban saliendo un ojo de la cara.

Las noches de verano las disfrutaba sentado en la vereda, escuchando la radio. Y a veces se sentaba derechito, yo ponía una silla frente a él y calzaba el elástico, donde me quedaba saltando y jugando toda la noche hasta que mamá o la abuela salían a retarnos porque era tarde.

No era hincha de Boca, era enfermo. Lloraba cuando Boca hacía un gol, la sangre tana le hervía si jugaban desastrosamente, e idolatraba a Maradona.

Tenía un cuadro de Evita en la cabecera de la cama, y amaba a Perón. Lo cual es lógico, considerando que éste le dió la mejor oportunidad laboral como fue trabajar en Dálmine (ahora Tenaris) en aquel entonces, en pleno estado de bienestar argentino, con ese futuro industrializado al alcance de la mano.
El General era palabra santa.

Ayudaba a todo el mundo. Él podía quedarse sin comer, pero que no le falte nada a ese nene que pide, a ese animal que anda solito por la calle, a sus hijas y a sus nietos.
Daba todo por la familia. Y por todos, porque el corazón de ese hombre no tenía límites ni diferencias con nadie. Era gigante.
Jamás lo escuché hablar mal de alguien, ni quejarse, a excepción del gobierno que estaba de turno en ese momento.

Pascual no sólo fue mi abuelo, fue como mi padre y es el hombre más excepcional que conocí en mi vida.

Yo amaba esas salidas a pescar, escucharlo putear a Boca, y amasarle ñoquis y galletitas, que aunque me salían horribles, él las disfrutaba, simplemente porque se las había hecho la nieta.
También me encantaba robarle las golosinas del taller...

Siempre me abrazó cuando más lo necesitaba y me defendió en toda circunstancia. Siempre me dió amor, incondicionalmente. Me halagaba las ideas, las locuras y las notas de la escuela. Se reía de mis chistes y de mis payasadas.
Se prestó para formar parte de mi diario barrial, de mis juegos y de los carnavales salvajes que hacíamos en el barrio.

Me conocía y no recuerdo si alguna vez le dije en la cara cuánto lo amaba.
Mi abuelo era lo más grande de este mundo.

Y de vez en cuando lo recuerdo con lágrimas en los ojos, pero con el orgullo de saber a quien me parezco tanto.

11 de diciembre de 2011

Papá Noel.

Con todo respeto, a Ud. lo "fabricó" la Coca-Cola, no? Si es San Nicolás, por que le dicen "Santa"? Tiene algún secreto importante que contarnos?
Porqué entra por las chimeneas en el Polo Norte? No se le quema el ojete? O los muy boludos se cagan de frío esperando al gordito simpaticón de los regalos?

Y cómo es que sigue vigente? Cómo viene para estos pagos en trineo? En qué cabeza cabe estar así de abrigado en diciembre? Podría adaptarse un poquito, sólo un poquito a nuestra cultura veraniega?
No le jode, no?

Bueno, vamos a lo nuestro:

Yo este año, la verdad verdadera, me porté mejor que el anterior.

Me fui apenas un fin de semana en el verano, me aguanté de salir corriendo a cualquier parte sin dar explicaciones a nadie. Y ganas no me faltaban, eh!

Empecé una carrera nueva (porque viste que yo sin estudiar algo me aburro) y terminé el año, pero no rendí ningún final, ni lo voy a rendir. Un profesorado, y una persona como yo: a quién se le ocurre???
Me dí cuenta que no estoy psicológicamente apta para educar niños, y menos ajenos, que donde me violento me sacan hasta los patines en un juicio.

El año que viene empiezo otra, una que había dejado colgada. Ah, pero eso ahora no importa.

En agosto me metí a laburar aceptando un jefe de nuevo -considerando lo mucho que me cuesta- después de un año y medio, y me quise ir al primer dia. Duré un mes. Lloré todo ese mes. Fue horrible.
Así que sigo trabajando freelance pero con proyecto de sociedad en camino.

Trabajé mucho. Me volví loca otro tanto. Viajé tantito.
Eso si, fumé y tomé mucho más que otros años. Con esa me podés castigar un poquito. Pero no me voy a arrepentir, porque encima sigo en la misma.
Madurar? No sé si es la palabra, pero me estoy conociendo mucho más que otros años, también.
Estoy practicando llevarme bien conmigo misma, solita. Y me gusta.

Realmente tengo que contarte como traté a mi familia este año? No es muy pelotudo preguntármelo a los 28 años?

Derrapé un poquito en Noviembre, pero nadie dice que esté mal hacer lo que a uno le hace bien, no?
Lastimé a alguien en busca de mi propio bien, eso se podría considerar como karma, pero prefiero no tomarlo tan en serio. Digamos como que aprendí a tomar decisiones difíciles, y listo.

Y bueno, desde entonces sigo derrapando.
Quiero vivir toda la vida de golpe y tengo que aprender a bajar un cambio. I´m on it!

En fin, capaz que algo me merezca. Porque estamos a 20 días de finalizar el año y yo todavía no me puedo relajar, estoy trabajando como burra.

Con la casa, estamos bien. Ah, cómo? Que no pasa por la chimenea?
Ahh, ok. (Pensás bajar por ahí? No se te traba la panza? Capaz que justo hace frío y la prendemos, vos fijate).

Entonces mandáme un tipo.
Porque esta soledad me encanta, no lo niego, pero necesito entretenerme con algo en breve. En serio.
No te pido gran cosa. Que sepa pensar por sí mismo, osea, que sepa pensar y no me la complique, y que esté bueno, claro!
Ah, y lo más importante: que no tenga faltas de ortografía. Porque eso, "me la baja".

Gracias!



10 de diciembre de 2011

Morfeo.

Soñé primero que me invitaban a una fiesta nocturna en una pileta. El agua sobrepasaba la misma, y llenaba el patio. Pero no era un desastre, era como a propósito, y el agua era tan transparente y calma que no quería irme.

Y ahí estabas vos, tímido, oculto, así como te oculto en mi mente y me hago la boluda in real life.

Después me desperté y me volví a dormir. Y vino la pesadilla que no quiero recordar. Por lo menos lo que asomaba ser un trágico final, no lo fue y se convirtió en algo totalmente bizarro.

Y me desperté angustiada, descompuesta. ¿Cómo carajos te puede quemar tanto el bocho un sueño?

En fin, para calmarme un poquito...me volví a dormir.

Estaban mis amigos, tocando la guitarra. Vos te superponías como un fantasma, rarísimo. Y me ví en la pierna derecha dos tatuajes. Me quería morir.
Uno estaba bueno, era como un diseño camboyano de mucho significado, pero yo no lo sabía! Al pedo me lo había tatuado!
Sueño bastante seguido, desde hace un tiempo, que tengo tatuajes de los que me recontra arrepiento y me quiero morir.
Es un poco real también, pero les voy poniendo onda. Es heavy.

Y ahí me desperté-casi- del todo.

Yo creo que es parte de ser tan noctámbula, que cuando agarro la cama, no la dejo ir.

8 de diciembre de 2011

Un día.

Algún día hagamos un picnic. Un sábado. Me gustan mucho los sábados.

Llevemos canasta de mimbre y mantelito a cuadros. Y mucho repelente de mosquitos.
Me pongo un vestido de esos cincuentones que me encantan. 
Vos llevá tu presencia, yo te preparo helado de jazmín.

Cantemos y toquemos la guitarra, esas canciones que probablemente nos gustan a los dos.
Escuchemos a los pájaros.

Hablemos de cosas profundas y tengamos discusiones filósoficas, de esas en las que uno se va por las ramas y descubre cosas impensadas.
Eso, charlemos un buen rato. De cómo sos vos, de cómo soy yo. De las cosas que nos gustan, de la vida en general.

Comamos con la mano. Me gusta comer cualquier cosa con las manos, creo que alude a esa cosa primitiva que todos llevamos dentro. Seamos un poco salvajes.

Acariciemos a los perros, cómo amo a los perros...

Vamos a reírnos un buen rato. Yo no paro de decir estupideces, tenés diversión asegurada. Seguro que vos también sos divertido, se me hace que podemos llevarnos bien.

Si se hace tarde, miremos las estrellas. Me atrapa mucho mirar al cielo de noche.

Después te puedo cocinar. Lo que se te ocurra, no hay límites si de placer culinario se trata.

Sólo eso. Nada más. 

No nos abruma tanto, no?

5 de diciembre de 2011

No me aguanté.

No me aguanto cuando veo cosas que para mi son como...inentendibles. Que me disculpen todas las parejas que se aman incondicionalmente. A mí me cuesta creerlo.

Porqué hay gente que piensa tantas cosas cuando recién empieza a estar con alguien?
Porque se hacen tantos planes a los dos días?
Porque la gente siempre quiere un compromiso, porqué porquéee??

Enseguida se quieren casar, comprar una casa y adoptar un niño camboyano. (si, te lo robé a vos AT!)

La gente no es feliz solita? Siempre necesitamos a alguien?
Es realmente necesario?
No pueden disfrutar el día a día, paso a paso? Necesitan tener todo planeado?
Si están con alguien, porque no viven el momento en lugar de pensar en todo el rollo de la familia, del futuro y todo eso? Siempre tenemos que formar una familia? Siempre tenemos que pensar en el futuro?
Y si ese futuro no tiene a esa persona a su lado, qué hacen? Se desmoronan? Se deprimen?

Yo me dí cuenta de que mi última relación no daba más, una de las veces en las que pensé en el futuro.
A veces, entonces, se ve que debe ser bueno, como para "ir viendo qué onda".
Porque yo no me veía casada, con hijos y vacaciones obligadas en breve. Ni a la larga. No con esa persona. No con ese ritmo casi estático de vida. No así.
Estaba aburrida, rutinaria, quieta. Y yo no puedo estar quieta.

Fue así como me enfrenté a mis peores miedos, estuve loquita un buen rato, y tomé la decisión que hoy veo como la más acertada. No me arrepiento. Quizás corro el riesgo de estar sola un buen rato, que no me molesta, pero estoy mucho más tranquila. Volví a ser la que siempre fui.
Pienso en todo lo que pasó estos últimos años, las cosas que viví y las que me perdí. A veces me siento como el ojete lamentando más lo que perdí que lo que disfruté. Díganme que soy una yegua, lo sé.

Entonces me doy cuenta que necesitaba esto. Necesitaba estar sola, volver a mí, disfrutarme.
Disfrutar más de la gente que tuve lejos, de mis amigas, de las cosas que me hacen bien. Disfrutar de no dar explicaciones.

Y pienso en qué pasaría si alguna vez veo que alguien me mueve el piso. Calculo que todo dependerá de ese momento. Ahora me imagino hecha un bicho bolita sin comunicación con el exterior. Y aterrada de imaginar que todas las relaciones terminan igual. Debería creer que hay algo diferente ahí afuera. Pero cuesta.

No me gustan los planes, me asustan los compromisos, me da pánico de sólo imaginarme cayendo en la rutina -nuevamente- con alguien, no me casaría ni loca, me aterra que alguien pueda querer cambiarme o coartarme la libertad. Tengo pensamiento cagón, como de hombre. (sin ofender).
Creo, entonces, que si algún día vuelvo a sentir algo groso por alguien, me voy a cagar en las patas. No, no literalmente. (gracias por la imagen mental!)
Y voy a querer salir corriendo.

Ok, probablemente dejé de creer en el amor, por lo visto.
Demás está decir que no creo en el amor para toda la vida, en el "hasta que la muerte nos separe" (horror! tenés que meter en el medio a la muerte?) ni en ningún "Para siempre".
Hace años, sí que creía.

Me parece que tengo que tener una charla muy seria conmigo misma.

Es triste, pero es así.



PD: Ahora sí que me silencio los dedos hasta nuevo aviso!

Los domingos estoy muy al pedo.

Y escribo todo el santo día.
Si hoy hubiera tenido a mi alrededor algo un poco más vivo que la compu, probablemente le hubiera quemado la cabeza. Estaba mi perro, pero él nunca me da bola. Hasta creo que me odia. Yo lo amo igual.

Pero estuve sola todo el día. Con un poquitín de resaca. Viviendo de larva, en malla, ingiriendo líquido desde que me levanté. (Ana, menos mal que vivimos a dos cuadras- y un Parque Urbano mediante-, sino se me hubiera hecho eterno si tenía que caminar una mísera cuadra más).

Entonces para variar, como la tele me aburre y no tengo peliculas nuevas para ver, pelotudeo y pienso. Todo el día pienso. (ya sé, lo digo siempre)
Esto no quiere decir que todo lo que piense sea lógico, racional e interesante.
Nací dotada de una imaginación desbordante, y no lo digo como algo maravilloso. Porque deliro. Deliro mucho.

En lugar de ponerme a terminar de leer el libro que dejé abandonado culpa del calor, (y acá ustedes dirán: y esto qué carajo tiene que ver? Es simple: yo no estoy en casa cuando hace calor. Y si estoy, es en la súper híper mega gigante (?) Pelopincho que tenemos en el jardín. O bueno, laburando, me había olvidado que de algo hay que vivir) me dejo llevar por la imaginación. Y siempre viajo. A veces sola, a veces acompañada.

Me veo veraneando en la Polinesia, trago y hamaca mediante. Relax.
O tomando algo en The Temple Bar, en Irlanda. Descontrol.
O por ahí, tomándome un simple Buquebús. Soltería.

Señales inconfundibles de que necesito vacaciones. Necesito despejar toda esta sarta de estupideces, justamente, y por ahí volver de vez en cuando a la realidad.

Realidad, que me dice, por ejemplo: este año estás muy cerca de no tener vacaciones. O de irte con tus viejos, que es peor.
Y yo me quiero tirar de la terraza.
Que seguramente es el lugar más cercano a algún viaje que puedo tener.
(no necesito explicarles qué tipo de viaje en la terraza, no?)

En fin, como termino traumada por exceso de imaginación, me pongo a escribir. Porque mientras voy escribiendo, es como que voy hablando conmigo misma, y así de paso no me miran tan raro en casa, como si realmente algo fallara en mi cabeza (que de hecho es así).

Así que me acomodo un poco las ideas, pongo a cargar otro capítulo de Wilfred en Cuevana (por dios, si se bancan leer este blog enfermito, entonces esa serie les va a gustar!) y acá estoy, para variar, escribiendo incoherencias de nuevo.

Escribir es un vicio? Quizás, pero me salva de hacer muchas estupideces.

3 de diciembre de 2011

Días como hoy.

En días como hoy me gustaría vivir sola. En una casa. En una casa con calle empedrada. Y por ahí, que quede en alguna ciudad uruguaya. Y no conozco Uruguay. Todavía no puedo perdonarme eso.
Mejor dicho, si, conozco. Me bajé en una estación de servicio camino a Brasil, estiré las piernas en la vereda, me piropeó un viejo uruguayo, y nos perdimos buscando el nomeacuerdoquélugar para un papelerío para seguir viaje. Pero nada más. Osea que no conozco Uruguay.

O sino, mejor, en una casa, acá en Campana. No creo poder soportar vivir en Capital. A mí déjenme en este pueblo sucio y contaminado, por ahora, que está lleno de gente que me encanta. Y otros no tanto, pero eso pasa en todos lados. Es mi pueblo pequeño, pero me había olvidado la gente copada que hay.
Ya los estoy poniendo a todos en la mesita de luz.

En fin, en una casa. Departamento? Mmm...lo dudo. Duraría una semana antes de que empiecen a quejarse los vecinos. Además no me podría llevar todos los perros de la calle que se me canten, ni escuchar la música a todo volumen. Ni cantar, ni gritar, ni saltar. Ni invitar a mis amigas, porque somos todas re quilomberas.

Osea que si, definitivamente tiene que ser casa.
Que tenga dos habitaciones. Una para mí, otra para laburar.
Y un living-comedor, una cocina amplia para amasar a las cuatro de la mañana si se me canta.
Con un baño con bañera, casi imprescindible. Con garage, que si es grande, mejor. (para guardar la bici, obvio!) Nah, para patinar!
Con un patio muuuuy grande, lleno de árboles frutales, donde pueda armarme la quintita.
Y una parrilla.

Donde pueda tomar sol y nadar en mi super Pelopincho. (nunca tomo sol, esto me parece un poco al pedo)
Mejor pido una re piscina, esa sí que va.

Me parece que si pido con terraza, estoy pidiendo mi casa actual.
Entonces lo más lógico sería rajar a mis viejos, claro!

Pero no, necesito salir de acá. Urgente. No me importa si me quedo sin vacaciones por cumplir esto.
(si, me importa, y mucho! Buaaaa!!)






Y si te quedás en Campana, entonces que la casa esté cerca de la tuya. :)

30 de noviembre de 2011

Maktub.

Cuando las cosas están escritas, no hay manera de evitarlas.
Así dice Coelho en "El Alquimista".

"Todo dependía de una palabra: Maktub. [...]
- Cuidado con las adivinaciones -le advirtió el extraño-. Cuando las cosas están escritas, no hay manera de evitarlas."
 
Creo fervientemente en que es así.
Hay cosas que provocamos, hay cosas que tenemos que aprender, hay cosas que podemos forjar solos, hay algunas partes de la vida que podemos generar...pero cuando hay algo tan tan taaaaaaaan importante, que está escrito, nada lo puede cambiar.

No me pregunten cómo, porque no lo podría responder.

No es el futuro en general. No es el trabajo o la manera en que decidimos llevar adelante nuestra vida. 

Es "ESA" chispa, y no hay otra. 

Es saberlo sin siquiera tener una mínima idea de porqué se está tan seguro.

Es saber que hubieras abandonado todo si hubiera sido en otro momento. Es saber que, entonces, ÉSTE es el momento. Es darte cuenta lo loco que es todo, cómo te cambian los proyectos, los sueños, la mirada.
Como te cambian las ganas que tenías de huir de todo y de todos. Te dan ganas de quedarte.
Es algo tan fuerte que sólo podés largarte a llorar. Y después reírte como loca. Así de ambiguo.
Y también es algo muy sorprendente. Fuerte. Pronto. Es muy pronto y es muy...así, loco.

Yo sé que deliro mucho, que por estas cosas me dejo llevar...pero es que nunca nunca se dió algo tan certero, tan exacto!  Es raro, no es para nada lógico.
Es mucha información de repente, y no debería abrumarme.
Calma. Que no panda el cúnico que, si está escrito, todo va a salir bien.

Navidad, qué linda la Navidad...

20:30hs.:
Los más puntuales llegan solos, antes del horario convenido. Ya vienen cargados de entrada, postre y doscientos litros de bebida. No les impacientan las doce, les impacienta todo el alcohol que pueden ingerir.


Siempre alguien llega cuando están todos comiendo. No saluda uno por uno porque está cagado de hambre y se sienta de una a morfarse todo. Es el que seguro se mancha la camisa cuando se estira sobre toda la mesa tratando de alcanzar alguna ensalada.
  
Tipo 23hs.: 

Ya se comieron todo como bestias. No llegan ni al postre, porque están que revientan.
Ya se está por acabar el vino, la cerveza que quedó se calienta en los vasos que esperan champagne o sidra.

Los nenes empiezan a romper las pelotas, ya no pueden estar sentados en la mesa, ni esperar hasta las doce. Arranca la ronda quemacabeza de cuetes y todas esas miserias pirotécnicas que dañan a los animales, pero al hombre lo hacen sentir superior porque cree tener un poder idiota de hacer ruido con pelotudeces.


Las viejas lloran discretamente, secándose la lagrimita con el pañuelo blanco con puntilla. 


Los pendejitos empiezan a delirar con que ven a Papá Noel en el cielo. Si es que no aparece alguien disfrazado y transpirado hasta los huevos con ese traje digno del Polo Norte, que no supimos importar correctamente adaptándolo a nuestra humedad.

00:00 hs.:
Los niños corren desesperados bajo el árbol, a buscar los regalos. 

Las mujeres en edad adulta, sin niños y probablemente con un grado importante de alcohol en sangre, los miramos obnubiladas, esperando que el paquete más grande sea para nosotras. Nos vamos con el ego destrozado, por supuesto.

Los padres de los niños empiezan a lagrimear, pero porque el nene está destrozando el "SuperMegaAutoRobotFantásticoqueseconvierteenguitarraycocinafideos" archiconocido e híper caro.

Y lo dejan de lado y agarran bengalas. 

Probablemente algún tío mayorcito y borracho que se las prende salga con un ojo herido. Y las tías cuidadosas les dan estrellitas, y el nene se aburre con estupideces así y pela el cuete más grande del mundo que se lo regaló el tío soltero e infelíz que ya está buscando el encendedor, porque es lo más loco que va a hacer esa noche.

Las personas frescas -mujeres madres usualmente- , comienzan a juntar la mesa. La ensalada de frutas sale en diferentes potes de repartija. El lechón, el vittel toné, la lengua a la vinagreta, la copa de camarones, las ensaladas...todo se divide para que nuestras gozosas familias pasen dos semanas comiendo lo mismo. Y todavía falta Año Nuevo. 
Vómito en puerta. 

Salen a escena el Ananá Fizz, sidra, champagne, etc... sumados a las calorías de los turrones y chocolates varios, tortas y otras dulzuras que generan nada más que panza y placer efímero. (pero cómo me gustan!)


Ya está el más gordito de la familia atacando, antes de que terminen de traer todos los dulces.


Y ya los "familiares" extras entran en acción: la señora que cuidaba a mi bisabuela, por ejemplo, terminó una Navidad pasada de rosca (y tinto) jugando con la nariz del lechón, como si fuera propia. Y después lloró el resto de la velada.

Seguramente este año, a esta altura, yo llore porque tengo menos regalos que mis sobrinitos. Y estoy soltera.
Y me junto con alguna/s amiga/s -vaya Dios a saber quién/es- para terminar de confirmar mi soltería en público.

Y estoy en pedo, claro.

29 de noviembre de 2011

Ella.

Nos conocimos cuando ella nació.
Cuando creció lo suficiente, no sólo jugábamos juntas, sino que también, ya desde temprano, le escapábamos a la sociedad.

Yo era muy tímida y callada en aquel entonces. Ella era asquerosa y comía muy poquito. Éramos dos palitos.
Nos compraban figuritas de Frutillitas juntas. Nos visitábamos. Pasábamos las fiestas delirando que determinada estrella fugaz era Papá Noel.

Después crecimos. La familia se dividió y por razones varias, algunas laborales, otras ajenas a nosotras, perdimos el contacto.

Pero vivíamos a una cuadra.

No tengo hermanas. Mejor dicho, tengo 3, pero no vivieron nunca conmigo, y ese sentimiento fraternal lo siento con muy pocas personas. Con alguna amiga, alguna prima...y con ella. Y si, con mi hermana más pequeña también. Pero es raro....

Yo no sé si fueron los astros nos tenían preparada esta sorpresa, si fue la vida, el destino o como quieran llamarlo.
Yo sólo sé que teníamos que estar juntas de nuevo. Que no sólo somos familia, que no sólo nos perdimos muchos momentos importantes de cada una, que no sólo siento esta felicidad enoooorme de haberla reencontrado, y que quizás no nos extrañábamos porque este sentimiento no había florecido.

Yo ya sé, sin hablarle en años, lo maravillosa persona que es. Sé que además de ser súper inteligente, tiene un corazón enorme. Que es divertida. Sensible, llorona, intuitiva. Que es tímida como yo, aunque no lo parezcamos.
Que ama las series, la buena música. Que lee, es muy muy culta, (es la única persona en el mundo con la que salimos un sábado a la noche y terminamos hablando de mitología romana, por ejemplo) y también es cholula.

Que piensa, todo el día piensa. No para. Y eso también lo compartimos.
La conozco más allá de lo que nos podemos conocer hablando.
Sé que es demasiado organizada para mi gusto, pero que nos podemos complementar.
Sé lo laburadora que es, y cuánto se merece las cosas lindas que le pasan.
También sé cuánto ha llorado, y cuánto nos parecemos.

Sé que le tiro muchas flores, también. Que casi la idolatro.
Es mi prima. Y pueden decirnos que esto es demasiado.
Pero me dí cuenta que vivimos en paralelo muchas cosas, y nos entendemos a la perfección.
Que tenemos gustos parecidos en muchísimos aspectos de la vida. 

También sé, como cuida que soy con todos los que quiero, que nunca más le voy a faltar. Que me pongo en lugar de guardaespaldas, aunque ella me tenga que "cuidar" a mí a veces. Que también me pongo pesada.
Que voy a estar cuando me necesite. Cuando quiera reír, llorar, pensar, hablar, gritar, correr hasta la plaza como Rocky o comer helado mirando Cuevana. O tomar más de 6 cervezas y no acordarnos de casi nada al día siguiente.

Y no tengo más nada que decir, salvo a aquello que la predestinó en mi vida y en mi familia cuando nació: GRACIAS!!

22 de noviembre de 2011

Lo que la gente cree.(mos)

La gente se cree que puede manejar los sentimientos.

Que puede estar en pareja o sola el tiempo que quiera.

Que si aparece alguien que te recontra sacude el piso, cuando estás solo, podés manejarlo.
Que si estás en pareja, podés amar al otro toda la vida aunque la relación se derrumbe.
Creen que pueden mantener una relación mediocre el resto de sus vidas, con tal de no estar solos.

Y no reconocemos que evitamos un montón de cosas para no sentir que nos equivocamos, para no salir lastimados, para protegernos.

Que nos hacemos los boludos, que no nos gusta que nos rechacen y sentirnos vulnerables, que somos cobardes y que todo nos cuesta un huevo/ovario cuando alguna decisión difícil se acerca.
Que pensamos de más y a veces actuamos de menos.
Que odiamos todas las preguntas de tipo "relación sentimental/estado civil".

Que tenemos miedo de enamorarnos de alguien que nos coarte las libertades que tenemos solteros.
Que tenemos miedo de enamorarnos.

A las mujeres sobretodo, nos cuesta más. La mujer piensa mucho en el futuro, en la edad, en la familia que quiere o quiso formar en algún momento. En que quizás nadie más la soporte tal como es, en que nos podemos quedar como la tía solterona toda la eternidad, en que el truquito del "reloj biológico" te quema la cabeza.

Pues personalmente me siento un poquito aliviada. No sé cuándo voy a querer formar una familia. No sé con quién. Pero antes era un tema que me preocupaba. Hoy no. Porque no tengo ganas de cuidar a otro ser humano, estoy aprendiendo a cuidarme de mí misma. Y si algún día voy a estar con alguien, quiero disfrutar estar con ese alguien solamente, así como disfruto estar conmigo misma ahora, mucho antes de tener que cuidar a otro ser.


Volviendo a lo que nos compete (esta palabra siempre me dió mucha risa), creo que también a todos nos falta reconocer que somos una manga de giles.

17 de noviembre de 2011

Búsqueda.

No es fácil estar conmigo. No es fácil soportar a alguien que cambia constantemente. Y duele que te lo digan como algo terrible, como si fuera una enfermedad.

Yo cambié durante estos últimos cuatro años. Pues hubo gente, por lo visto, a la que no le gustó nada nada que yo fuera un año de una manera y otro de otra. Es mi manera de ser, ésa es mi esencia: yo soy yo, pero también soy otras.

Soy la dulce y la salvaje, la tímida y la caradura, la payasa y la seria. La que habla hasta por los codos, pero se cierra para hablarse solita. La persona, la animal.

Soy cambiante a más no poder, y no es que me enorgullezca o que lo diga chocha. No siquiera lo hago a propósito. Soy así. En el fondo soy la misma siempre, la que ansía aprender y crecer, la que no puede estabilizarse sin sentirse un poquito apretujada entre tanta sociedad, la que se asfixia en relaciones rutinarias, la que ama pero prefiere andar desatada por la vida, antes que sufrir en una jaula con barrotes oxidados.

Soy siempre la que salta a defender a un animal, voy a ser siempre hija única, voy a decir siempre lo que siento y pienso, siempre voy a indignarme con las injusticias, voy a escuchar otras opiniones, voy a tener la mente abierta, voy a amar sin decir una palabra a menos que el otro se juegue un poco, porque yo me juego mucho, pero a veces me canso o me acobardo. Voy a excitarme con los desafíos y seré siempre la primera que quiera jugar una carrera.

No sé cuánto habré cambiado que a otra persona le molestó tanto como para hacérmelo saber... recién ahora!

Quizás dejé de ser romántica. Cambié las rosas por cactus, traté de conseguirme sola las estrellas y no esperar a que me las regalen. Miré a la luna en soledad, hablándole al cielo más que a mi vieja.
Amé más animales que personas. Abandoné las cenas a la luz de las velas, por noches con amigas.

Y también debo haber sido más dura. Me limité los horarios laborales y me dí espacios para mí misma. No me importó no irme de vacaciones un verano. Empecé a preocuparme por mí, anteponiéndome a los deseos ajenos. Y eso debe haber sido difícil de aceptar.

Empecé a sonreírle a todo el mundo, en lugar de guardarme las sonrisas. Me callé la boca un rato. Vomité palabras al siguiente.
Lloré más que de costumbre y ahora se me da por lastimar gente. Mejor dicho, se me dá por alejarme, por buscar mi propio bien, mi libertad, mi espacio, a mí, tratando de no pensar en las consecuencias, pero viviéndolas para aprender.

Se me dió por buscarme a mí.

16 de noviembre de 2011

Rara, como encendida.

Hace poco alguien me dijo: "Ah, pero vos estás cada vez más loca!".
No sé si preocuparme, reírme o darle para adelante a estas cosas.

Quizás sea que siento una atracción por cosas que no son "normales". Los cuchillos, por ejemplo. O que hablo de la muerte con naturalidad. O que me desnudo metafóricamente cuando hablo con unos vasos de vino encima.

O que siento tanta pasión por las cosas que me gustan, que me aferro a ellas como escape, como arte, como vida. Que siento que son todo.
O que en lugar de querer a la gente, yo directamente amo. Amo así de fuerte, como un abrazo bien dado, como la llama que me quema en el pecho cuando pienso en hacer las cosas que me excitan. No hablo del amor romántico, hablo de la pasión, del amor a la vida, a las personas, a los animales.

Hay algo más lindo que un abrazo bien fuerte?? (no contesten en sus casas, gracias!)

Amo mucho y sin límites, amo con fiereza y con timidez, porque no cualquiera acepta un "te amo" sin pensar en que te fuiste de mambo y que te confundiste todo.

Amo la inteligencia y la cultura en las personas. Amo que sepan hacerme reír y que sepan escuchar. Amo que me obnubilen cuando hablan, porque quiere decir que esa persona es interesante.

Amo la dulzura de algunos niños -siempre a uno le encantan los niños ajenos- y sus risas. Amo la nueva vida que trae un ser a un hogar.

Amo la fidelidad de los animales, la sensibilidad, hasta sus miedos. La fiereza, los gruñidos, lo salvaje. Amo todo en todos los animales.

Amo las plantas, los árboles! Me fascinan las hierbas, los condimentos, los perfumes, los álamos....

Así como hay cosas que me despiertan esta pasión, hay otras que "me la bajan". Y prefiero hacerlas a un lado, sobretodo cuando me doy cuenta que me hacen mal. Y pido perdón por las decisiones que tomo, sobretodo si lastimo a alguien. No son súbitas, son muuuuy racionales.

En fin, desde que tengo memoria me dicen que soy rara. Que me atraen las cosas raras, las aventuras extrañas, objetos y personas no convencionales.

Por eso también me he pegado mis buenos palazos.

Pero no puedo cambiar, mi naturaleza es así. Estoy loquita, soy rara, me gusta lo anormal. Todo lo que me implique un riesgo, inevitablemente me llamará la atención. Todo lo que pueda salirse de la rutina, también.

Y esto trae aparejada una serie de cuidados y precauciones a tomar....que nunca tengo en cuenta.

Amo ser mujer.

25 de octubre de 2011

(...)

Igual no sé....todavía no sé de dónde sale esta necesidad de escribir. Mucho menos de hacerlo público.
Podría analizarme psicológicamente para descubrir esta necesidad de que me lean, aunque no haya feedback. Es algo raro, porque simplemente me da placer.

Me da placer escribir e irme conociendo a medida que los dedos tipean cosas que yo jamás hubiera pensado o descubierto de mí, sino fuera por este arte. Uno nunca llega a conocerse del todo, creo yo. Y quizás en momentos como este, -y aquí impera cierto respeto a mi intimidad y no diré qué tipo de momento- es cuando más necesito profundizar en mi persona. Y hoy veo cosas que hace un año no veía. Escribo más seguido cuando estoy así.

Descubro que hago cosas que realmente me hacen bien, que salen del fondo de mi alma y me hacen sentir "Yo". Que me preocupo por mi bienestar sobretodas las otras cosas, que eran las que estaban antes que yo misma.
Que quizás un tropezón no es caída y que tengo toda una vida por delante. Que hay problemas que no son la muerte de nadie. Y que la muerte está siempre, ahí, para matar algo y dejar lugar a que algo nuevo nazca.

Que, por ejemplo, no le tengo miedo a la muerte. Sólo a la de los que quiero, pero no a la mía.
He perdido el miedo a que las cosas mueran. Las etapas de la vida, los animales, las plantas, las amistades, las relaciones. Cuando algo muere, le deja lugar a lo nuevo, a lo que debe nacer. Calculo que será algún tipo de ley de la vida o algo así, porque siempre que algo desaparece, algo nuevo sale a la luz.
Vida-Muerte-Vida.

Hoy soy mucho más fuerte de lo que era tiempo atrás.
Y yo, que me jacto de ser cambiante y estar buscando cosas nuevas constantemente, a veces tengo miedo de cambios bruscos, aunque los desee.

Sobretodo si el cambio empieza por mí.

20 de septiembre de 2011

Si este blog es mío, entonces voy a hablar de mí.

Y sin embargo, que lean todo esto, no quiere decir que me conozcan...

Yo no soy una mujer sumisa. No nací para acatar órdenes.
Grito a viva voz las injusticias. Sé que me comporto agresivamente muchas veces. Reacciono con agresividad e impulsividad en lugar de calmarme antes de actuar.
Tengo sangre caliente. No soy de las que van por la vida oliendo flores como si nada pasara. Yo HIERVO.
Hierve mi sangre cuando estoy feliz. Siento una ebullición interna que me hace comportar como una idiota.
Hiervo cuando estoy enojada. Cuando la pasión por lo que hago me da escalofríos en las entrañas.
Soy eso: pasión. Soy calentona y no puedo evitar tanto carácter junto. (no precisamente porque sea del bueno).
Pero nunca me levanto de mal humor. Dormidísima, si, pero de mal humor, jamás.
Yo no me quedo quieta. No puedo adormecerme. Me aburre la rutina, me aburre la monotonía, hacer lo mismo. Estar un segundo quieta, también me aburre. Y siempre estoy alerta. Observo. Hablo mucho, pero cuando no hablo, estoy observando.

Corro de un sueño a otro, de un proyecto a otro, de un libro a una película. Si hay algo que no me gusta, es la superficialidad. Y las injusticias. Y acá puedo ponerme a enumerar una lista completa de cosas que me parecen injustas en este mundo, y largarme a llorar. Porque también soy muy sensible. Maricona.
A mí me gustaría ser como Robin Hood, o como la Mujer Maravilla.

La pasión me mueve. Tengo una amiga psicóloga que me dice que le gusta la pasión con la que encaro las cosas, que siempre estoy en algo, y se nota cuánto me gusta. Que la pasión mueve a las personas. Y debo decir que es una de las pocas personas-junto con uno de mis amigos hombres en el que confío a ciegas- que confía en mí, en mi capacidad, en mis delirios, en mi pasión. Y le agradezco a la vida tener amigos como ellos.

Siento que el corazón salta cuando me emociono, cuando hago lo que amo y me sale bien. Y amo muchas cosas. Y a varias personas. Amo a mi familia, a mis amigos. Amo lo que hago, lo que aprendo, lo que leo, lo que veo y lo que escucho. Amo el sol y la luna. La lluvia y los relámpagos. Amo cómo se me estremece el cuerpo con los truenos. Amo el día y, sobretodo, la noche. Soy noctámbula, casi nunca puedo acostarme temprano. Amo que me asusten, aunque me dé taquicardia.
Amo la acción, la vida, las sorpresas, el destino. Amo crear cada momento. Amo buscarme. Amo los desafíos, que me provoquen.
Amo tantas cosas, que el lugar de las cosas que me molestan se hace cada vez más pequeño.

Amo mi intuición. Mi lado salvaje, mi cuota de loba. Creo que las mujeres siempre somos mitad humanas mitad salvajes. Y que muchas inhiben ese costado creativo porque la sociedad dice otra cosa. Y yo creo que cuanto más salvaje soy, más creativa me pongo y más confianza me tengo.

A veces creo que no tengo límites, que no tengo vergüenza.  A veces me avergüenza decir lo que pienso, porque lo digo sin pensarlo, o cuando no debería decir nada.
Pero igual, nunca me callo.
No me gustan las reglas. Las respeto, pero me aburren. Me divierto más cuando no están. O cuando me las "olvido". Creo que es sano, y de hecho justifico, romper algunas reglas, pasarse algunos límites....pero siempre bajo el ala del respeto hacia otras personas (y hacia una misma!), sin lastimar a nadie.

Amo viajar. Estoy cómoda en cualquier lado, porque en cualquier lado me siento como en casa. Debe ser porque mi casa soy yo. Soy feliz dondequiera que voy. Sobretodo cuando el lugar es luminoso y tiene buena energía. Porque de eso estoy bastante limada: me doy cuenta cuando, para mí, lugar, persona o circunstancia tienen buena energía o no. Por eso dije más arriba, que amo mi intuicíon, mis otros ojos.

Yo soy la persona que mejor me conoce, y, sin embargo, no creo poder definirme sola. Tampoco lo creo correcto, pero acá estoy, desnudándome.

Sé que soy la única persona con la que voy a estar toda mi vida, así que debería conocerme, aceptarme y amarme como tal compañía que me hago... No hay mayor seguridad que uno mismo, que la casita que somos.

No le temo a la muerte. Solamente no quisiera sufrir. Ni que tampoco sufran los que amo. Pero si se mueren, si los tengo que dejar morir -como hay otras cosas y personas que deben vivir- sufriré más por mi propio egoísmo de no tenerlos a mi lado, que por el mismo hecho de que partan. Trataré de entender que todo es una rueda, que la vida es cíclica. Nadie ha vuelto de la muerte porque le pareció terrible, no?

Me gusta hacer reír, aprecio a la gente divertida y con humor, que no se toma todo a pecho.
Soy natural. Soy honesta. Soy cuida. Ataco sin dudar cuando algo amenaza a mi grupo.
Soy éter, soy tierra fértil. Soy mujer y me encanta. Soy visceral. Cruda. Profunda. Sexual.Vibrante. Libre.
Creativa y si, me considero inteligente por más que quede como el culo que lo diga yo.
Me esfuerzo por ser una persona culta. Porque me gusta.
Soy ilimitada, sé que estoy bastante loca, pero siempre soy respetuosa.
No soy sumisa, ya lo dije. No nací para ser cautiva.
Debe ser por eso que los límites y los encierros o cadenas de cualquier tipo, llegan a molestarme, a asfixiarme.
Me gusta la soledad, amo estar sola.

Soy un cambio permanente. Actúo desde los ovarios. Aunque suene feo, tiene algo de poético.

Sé que no soy cualquier mujer. Sé que estoy llena de defectos y falencias, pero también sé que soy única.

Soy primitiva, pero eterna. Yo no tengo tiempo. Soy humana pero bastante salvaje.

Yo, aúllo.

15 de marzo de 2011

Bondi.

Tengo los ovarios inflamados de andar en bondi.
Hoy salí de la facultad, la parada estaba hasta las manos de estudiantes como yo (se hacía la adolescente) y yo, última en la fila.
Pues créase o no, cuando todos subimos y el chofer arrancó, yo era la ÚNICA parada en el puto bondi.
LA ÚNICA.

Y se me dá por maldecir a la gente, putear mentalmente a esa con cara de boluda que se sentó en mi asiento preferido, a ese hombre-príncipe devenido en sapo-escuerzo que apoyó los cantos como si fuera la última oportunidad de sentarse en su puta vida, al viejo de mierda que se bajó del primer asiento y le dejó el lugar in-me-dia-ta-men-te a la rubia insípida que subió en la parada posterior. Y yo la detesté tanto que lo debe haber sentido.

Me convertí en una mala persona, me maldije a mí misma por no haber hecho el Rosario hoy (sí, lo rezo todos los días, pero no como católica, sí como creyente), hasta que me dí cuenta que de haberlo hecho la Virgen no iba a venir en mi ayuda sólo para que yo viaje sentada una hora hasta Escobar.
Que, de todos modos, el Rosario no lo rezo por fines benéficos propios, sino por el bien de la humanidad. Por la Paz, porque no pasen más cosas como en Japón, por un mundo sano.
Que es algo mucho más profundo que un asiento de colectivo, MUCHO.

Y pedí disculpas, me había enojado hasta con el cielo y ellos no tenían la culpa, nadie tenía la culpa. Estaba irritable como cada jueves antes del viernes en que me indispongo (soy regular gracias a Yasmin! Hombres, felices de este detalle, no?)

En fin, me sentí hasta mala persona y decidí cambiar mi onda. Repito, pedí perdón y traté de bajar un cambio, porque además, estas cosas de irritación hacia todo y todos sólo lograrán que me convierta en una vieja ermitaña que vive con 24 gatos y no se baña. Son como arranques de ira, estoy barrenando en emociones!! Y la ira y esos sentimientos horribles sólo enferman nuestras emociones y por ende al cuerpo, así que trato de controlarme....

Cuando no me hice la cabeza con ningún tipo de claustrofobia y sentí que todo estaba bien, ví que una señora de tamaño importante, con apariencia de hombre (vamos a pintar así la situación, para no quedar como discriminadora, que no lo soy) me miraba fijo. Quité la vista. Volví a mirarla. Me seguía mirando. Estuve a punto de preguntarle "Qué?!" , pero sólo atiné a levantar notablemente mi ceja izquierda como muestra de interrogación odiosa, incómoda. Se bajó su acompañante. No me quedó otra que sentarme al lado de la señoradetamañoimportanteconpintadelesbiana. Me bajé a las 5 cuadras.

Y al fin y al cabo, lo único que pensé en todo el viaje, convencidísima de que es la pura, es algo que ya les conté y repetí en varios post:
Yo no estoy apta para vivir en sociedad. 

El obstetra jamás debería haberme dado el alta.

5 de marzo de 2011

Campana.

Mi ciudad, como todas las ciudades que viven como un pueblo en el que todos nos conocemos, está llena de garcas.
No dudo de que todos dirán "Ah, pero mi ciudad también!" No es lo mismo. Campana, más allá de ser mi cuna y de si, tener bocha de personas maravillosas, también es la patria, por decirlo de alguna manera, de los sin vida, de los envidiosos, de los descerebrados.

Acá las ventajas siempre son para el que molesta.
Acá el que no labura hace quilombo por el chori y la coca, y sale con todas a favor. (como en gran parte del país, no?) Esta es una ciudad de negros, pero no negros en el término racista ni social, sino más bien, aquellos negros de mentalidad y/o de Alma.
Acá tener una idea -casi- original (si miran la peli "El Origen" entenderán que ninguna idea en el mundo entero es puramente original) es sentarte a esperar que te la afanen.
Acá ganar plata haciendo lo que te gusta, es mirar cómo alguien que no tiene puta idea de eso, se pone a laburarlo porque da plata. Acá hay miles de puestos de trabajo, sin embargo está lleno de "profesionales" que nunca hicieron ni un puto curso de esa profesión. Obviamente, le quitan los puestos de laburo al que sí estudió y se rompió el O G T 5, 6, 7 años estudiando.
Acá entrás a laburar gracias a contactos. No te sirve el CV, por más genial o completo que sea.
Acá te miran si te compraste un nuevo auto o un nuevo paquete de puchos de 10, para ir y comprarse un modelo más nuevo o la caja de 20 cigarrillos y pasártelo en la cara para que los "envidies" como ellos lo hicieron con vos. Porque son fracasados sin vida que no tienen otra cosa que hacer.
Acá hay gente que no soporta la verdad. Hay gente que se pone en víctima siendo el victimario.
Hay gente que te caga, y, como corresponde, cuenta por ahí que el envidioso sos vos. (Vos, que sos el de la "idea", el que comenzó con algo, como un boludo se lo contó y este garca lo llevó a cabo antes. Cuando le cantaste las 40, quedaste como envidioso vos, jodéte por bocón!)

No me voy a poner a filosofar acerca de la envidia, aunque me encantaría, pero sería tema de otro post.
Estoy indignada con mi ciudad y con la gente que la rebalsa. No la que la vive, sino que la gasta.

También está lleno de gente buena, de gente con toda la onda, que te ayuda, que está siempre dispuesta a darte una mano, gente buena, si, también hay. Yo hablo de la mitad, mitad y un poco más.....que me indigna.

En fin, tener una idea por amor al arte, y llevarla a cabo, fue esperar un mes para que alguien más aparezca y compita, por amor al bolsillo lleno.
Me molesta la falta de ideas o de originalidad, pero como este Universo nos da lugar a todos, bienvenidas son. Me cuesta no calentarme, sobretodo cuando buscan ventajearte o se hacen las "más simpáticas y flexibles del rubro".

No tengo idea cuándo mi amor por la Vida, por el Universo, será mayor al asco que me provoca este tipo de personas. Cómprense una vida, en serio.

28 de enero de 2011

Gente que pierde gente.

Cuando uno se cansa de la subjetividad, empieza a decir las cosas que tiene ganas, a como dé lugar.
Muchas veces nos equivocamos nosotros, otras tantas la gente no acepta escuchar críticas y mucho menos que se equivocó.  O la verdad, muchas veces molesta.

La gente realmente se cree tan importante como para que estemos ocupados "cagándole" la vida? (esto significa decir lo que uno piensa y siente, y que, como al otro le molesta, no lo acepta y lo toma como un ataque y se victimiza diciendo que nadie lo deja vivir en paz. Discurso repetitivo si los hay en esta sociedad.)

Hay que dejar de ver la paja en el ojo ajeno, ver la viga en el propio y reconocer que a veces se boquea demasiado. Tendrán la autoestima muy alta? O muy baja?

Creen que no tenemos una vida porque nos ocupamos en hacerles saber lo que nos molesta? Porque somos sinceros quiere decir que no somos felices y le queremos joder la vida a otro?
La gente no tiene límites cuando de sentirse importante -o víctima- se trata. Sobretodo si sos tan tercos como para no reconocer sus equivocaciones. Y ni hablar de pedir perdón! Horror!

Porque no dejar que la vida -sabia- nos responda si nos equivocamos o no?
Porque no aceptar que nadie es perfecto?
Porque no aceptar las críticas?
Porque no decir las cosas en el momento, en lugar de sacar rencores de tiempo atrás? (como para demostrar que tienen razón o que te equivocaste, sacan a relucir cosas que vos ya dabas por "resueltas", o por las que ya habías pedido disculpas...) Se han quedado sin recursos.

Personalmente creo que las cosas hay que decirlas a su debido tiempo, no cuando caducaron. Revolver mierda quiere decir que ya no importa más nada que lastimar al otro, y/o demostrar que uno tiene la razón (y, repito, ya no tiene argumentos válidos más que la ofensa).

Olvidarse de los errores que se han cometido...bueno, cada uno tendrá su opinión, yo pienso que sirve recordarlos para no repetirlos. No olvidarlos y no hacerse cargo, eso no vale!

Y encima, si decís la verdad, no te creen y te tratan de hipócrita.
ME ESTÁS JODIENDO, NO??

Nadie tiene la verdad absoluta.
Mucho menos un ser humano.