15 de marzo de 2011

Bondi.

Tengo los ovarios inflamados de andar en bondi.
Hoy salí de la facultad, la parada estaba hasta las manos de estudiantes como yo (se hacía la adolescente) y yo, última en la fila.
Pues créase o no, cuando todos subimos y el chofer arrancó, yo era la ÚNICA parada en el puto bondi.
LA ÚNICA.

Y se me dá por maldecir a la gente, putear mentalmente a esa con cara de boluda que se sentó en mi asiento preferido, a ese hombre-príncipe devenido en sapo-escuerzo que apoyó los cantos como si fuera la última oportunidad de sentarse en su puta vida, al viejo de mierda que se bajó del primer asiento y le dejó el lugar in-me-dia-ta-men-te a la rubia insípida que subió en la parada posterior. Y yo la detesté tanto que lo debe haber sentido.

Me convertí en una mala persona, me maldije a mí misma por no haber hecho el Rosario hoy (sí, lo rezo todos los días, pero no como católica, sí como creyente), hasta que me dí cuenta que de haberlo hecho la Virgen no iba a venir en mi ayuda sólo para que yo viaje sentada una hora hasta Escobar.
Que, de todos modos, el Rosario no lo rezo por fines benéficos propios, sino por el bien de la humanidad. Por la Paz, porque no pasen más cosas como en Japón, por un mundo sano.
Que es algo mucho más profundo que un asiento de colectivo, MUCHO.

Y pedí disculpas, me había enojado hasta con el cielo y ellos no tenían la culpa, nadie tenía la culpa. Estaba irritable como cada jueves antes del viernes en que me indispongo (soy regular gracias a Yasmin! Hombres, felices de este detalle, no?)

En fin, me sentí hasta mala persona y decidí cambiar mi onda. Repito, pedí perdón y traté de bajar un cambio, porque además, estas cosas de irritación hacia todo y todos sólo lograrán que me convierta en una vieja ermitaña que vive con 24 gatos y no se baña. Son como arranques de ira, estoy barrenando en emociones!! Y la ira y esos sentimientos horribles sólo enferman nuestras emociones y por ende al cuerpo, así que trato de controlarme....

Cuando no me hice la cabeza con ningún tipo de claustrofobia y sentí que todo estaba bien, ví que una señora de tamaño importante, con apariencia de hombre (vamos a pintar así la situación, para no quedar como discriminadora, que no lo soy) me miraba fijo. Quité la vista. Volví a mirarla. Me seguía mirando. Estuve a punto de preguntarle "Qué?!" , pero sólo atiné a levantar notablemente mi ceja izquierda como muestra de interrogación odiosa, incómoda. Se bajó su acompañante. No me quedó otra que sentarme al lado de la señoradetamañoimportanteconpintadelesbiana. Me bajé a las 5 cuadras.

Y al fin y al cabo, lo único que pensé en todo el viaje, convencidísima de que es la pura, es algo que ya les conté y repetí en varios post:
Yo no estoy apta para vivir en sociedad. 

El obstetra jamás debería haberme dado el alta.

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