29 de noviembre de 2011

Ella.

Nos conocimos cuando ella nació.
Cuando creció lo suficiente, no sólo jugábamos juntas, sino que también, ya desde temprano, le escapábamos a la sociedad.

Yo era muy tímida y callada en aquel entonces. Ella era asquerosa y comía muy poquito. Éramos dos palitos.
Nos compraban figuritas de Frutillitas juntas. Nos visitábamos. Pasábamos las fiestas delirando que determinada estrella fugaz era Papá Noel.

Después crecimos. La familia se dividió y por razones varias, algunas laborales, otras ajenas a nosotras, perdimos el contacto.

Pero vivíamos a una cuadra.

No tengo hermanas. Mejor dicho, tengo 3, pero no vivieron nunca conmigo, y ese sentimiento fraternal lo siento con muy pocas personas. Con alguna amiga, alguna prima...y con ella. Y si, con mi hermana más pequeña también. Pero es raro....

Yo no sé si fueron los astros nos tenían preparada esta sorpresa, si fue la vida, el destino o como quieran llamarlo.
Yo sólo sé que teníamos que estar juntas de nuevo. Que no sólo somos familia, que no sólo nos perdimos muchos momentos importantes de cada una, que no sólo siento esta felicidad enoooorme de haberla reencontrado, y que quizás no nos extrañábamos porque este sentimiento no había florecido.

Yo ya sé, sin hablarle en años, lo maravillosa persona que es. Sé que además de ser súper inteligente, tiene un corazón enorme. Que es divertida. Sensible, llorona, intuitiva. Que es tímida como yo, aunque no lo parezcamos.
Que ama las series, la buena música. Que lee, es muy muy culta, (es la única persona en el mundo con la que salimos un sábado a la noche y terminamos hablando de mitología romana, por ejemplo) y también es cholula.

Que piensa, todo el día piensa. No para. Y eso también lo compartimos.
La conozco más allá de lo que nos podemos conocer hablando.
Sé que es demasiado organizada para mi gusto, pero que nos podemos complementar.
Sé lo laburadora que es, y cuánto se merece las cosas lindas que le pasan.
También sé cuánto ha llorado, y cuánto nos parecemos.

Sé que le tiro muchas flores, también. Que casi la idolatro.
Es mi prima. Y pueden decirnos que esto es demasiado.
Pero me dí cuenta que vivimos en paralelo muchas cosas, y nos entendemos a la perfección.
Que tenemos gustos parecidos en muchísimos aspectos de la vida. 

También sé, como cuida que soy con todos los que quiero, que nunca más le voy a faltar. Que me pongo en lugar de guardaespaldas, aunque ella me tenga que "cuidar" a mí a veces. Que también me pongo pesada.
Que voy a estar cuando me necesite. Cuando quiera reír, llorar, pensar, hablar, gritar, correr hasta la plaza como Rocky o comer helado mirando Cuevana. O tomar más de 6 cervezas y no acordarnos de casi nada al día siguiente.

Y no tengo más nada que decir, salvo a aquello que la predestinó en mi vida y en mi familia cuando nació: GRACIAS!!

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