30 de noviembre de 2011

Maktub.

Cuando las cosas están escritas, no hay manera de evitarlas.
Así dice Coelho en "El Alquimista".

"Todo dependía de una palabra: Maktub. [...]
- Cuidado con las adivinaciones -le advirtió el extraño-. Cuando las cosas están escritas, no hay manera de evitarlas."
 
Creo fervientemente en que es así.
Hay cosas que provocamos, hay cosas que tenemos que aprender, hay cosas que podemos forjar solos, hay algunas partes de la vida que podemos generar...pero cuando hay algo tan tan taaaaaaaan importante, que está escrito, nada lo puede cambiar.

No me pregunten cómo, porque no lo podría responder.

No es el futuro en general. No es el trabajo o la manera en que decidimos llevar adelante nuestra vida. 

Es "ESA" chispa, y no hay otra. 

Es saberlo sin siquiera tener una mínima idea de porqué se está tan seguro.

Es saber que hubieras abandonado todo si hubiera sido en otro momento. Es saber que, entonces, ÉSTE es el momento. Es darte cuenta lo loco que es todo, cómo te cambian los proyectos, los sueños, la mirada.
Como te cambian las ganas que tenías de huir de todo y de todos. Te dan ganas de quedarte.
Es algo tan fuerte que sólo podés largarte a llorar. Y después reírte como loca. Así de ambiguo.
Y también es algo muy sorprendente. Fuerte. Pronto. Es muy pronto y es muy...así, loco.

Yo sé que deliro mucho, que por estas cosas me dejo llevar...pero es que nunca nunca se dió algo tan certero, tan exacto!  Es raro, no es para nada lógico.
Es mucha información de repente, y no debería abrumarme.
Calma. Que no panda el cúnico que, si está escrito, todo va a salir bien.

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