28 de febrero de 2012

Amélie.

"- La chica del vaso de agua, quizás esté pensando en otra persona.
- En alguien del cuadro?
- Más bien en un niño que vió en alguna parte, y con quien se identificó.
- Quieres decir que prefiere imaginarse a sí misma relacionándose con alguien ausente, que formar relaciones con los que la rodean?
- Quizás intente arreglar los líos de las vidas ajenas
- Y ella qué? Y sus propios líos? Quién los arreglará?
- Es mejor ayudar al prójimo, que a un gnomo de jardín."

"- Fue demasiado difícil para la niña del vaso. Cuéntame del chico que vió, se volvieron a ver?
- Les interesan cosas diferentes
- La suerte es como el Tour de France, si esperas, se pasa volando. Tienes que agarrarla mientras puedas."

26 de febrero de 2012

Esa cosa.

Me despierto con el short del pijama al revés.
Hago reconocimiento de escena.
Buenísimo, es mi habitación.
Por lo menos no estoy en casa ajena o escenario desconocido.

Se me revuelve el estómago.
Me siento en la cama y la cabeza da miles de vueltas.
Contractura en la nuca. Mal.
Probablemente así como llegué, apoyé la cabeza en la almohada y me dormí como morsa en alguna posición de mierda.

Busco mi ropa en el lugar donde la dejo casi siempre. No está ahí.
Está en otro rincón, en un sillón, donde la apoyé con ese olor a humo de lugar cerrado y seguramente se lo contagió a los almohadones. Odio el olor a cigarrillo. Quiero fallecer de sólo olfatear esa ropa.

Miro hacia otro rincón. Me saqué el anillo y las pulseras y las dejé en cualquier lado. Tengo cajitas para esas cosas. Al pedo por lo visto.
Hago cara de "Qué??! Mi no entender".

Al lado de mi cama, en el piso, la cartera. En el piso!
Eso es desarmarte y tirarte a la cama así embalada como venís.

Trato de bajar las escaleras lo más correctamente posible.
No me saqué el maquillaje anoche. Soy The Walking Dead.

Madre y marido de madre están abajo a punto de almorzar.
Los asusto con mi presencia.
El olor de la comida me da náuseas.
Me preparo soda con limón. La tomo. Me da asco.

Vuelvo a la cama.
Se me parte todo el cuerpo.
Me duele la resaca.
No puedo seguir tomando y cía. así, por lo menos no a este ritmo.

Bendito feriado inventado el de mañana.
Amén.

22 de febrero de 2012

29

Es uno menos que treinta, nueve más de los que creo y siento que tengo.
Estoy viviendo como si tuviera veinte años de nuevo, como si no los hubiera vivido!
No me dá la cara!

Eso es inmadurez???

O qué sería madurar?

Sería como le dijeron a mi prima: "Dejá de salir con tus amigas, dejá de emborracharte, dejá de tal y tal cosa..." Eso sería madurar? En serio???
Si te lo dice tu pareja: hay que pegarle una patada en el ojete? Hay que tomarse las cosas con más calma? O hay que buscarse uno que te acepte tal cual sos y no te quiera cambiar por lo que pretende que seas?
Detesto las parejas que quieren cambiar al otro. Y eso es un GRAN tema para otra entrada.

Hay necesidad de cambiar radicalmente de vida, de costumbres o dejar de hacer lo que una tiene ganas de hacer?

Y porqué??
Para ser aceptado como adulto en el círculo social? Para ser "mayor"?

Qué carajo me quieren decir con  "Madurá"?
No puedo ser una mujer con la niña interior a flor de piel?
No puedo jugar más a la Play?

Dejo de preguntar estupideces????

No me jodas.

Yo no soy de esas.
No ando por la vida jodiéndole la vida a la gente porque sí.
No muestro algo que no soy.
No soy indecisa a ese nivel.
No le falto el respeto a la gente.
No traiciono.
No juego sucio.
No miento.
No me miento a mí misma.
No hago lo que no me gusta que me hagan.
Me hago cargo de las cosas.
Las enfrento.
Voy con la verdad.
Y no voy a dar nunca el brazo a torcer.

Vas a tener que demostrarme seriamente lo contrario si querés que te crea alguna vez, porque conmigo ya entraste perdiendo.

12 de febrero de 2012

Cómo quedarse "encerrado" en su terraza.

Lo siguiente es válido para personas que conocen el funcionamiento de puertas y ventanas de la casa en cuestión. (yo los aprendí hace poco, e inclusive todavía descubro enchufes, canillas, árboles, etc..después de casi 8 años...)

Se comienza poniéndose un vestido clarito en una fiesta llena de borrachos.
Alguien volcará fernet en la parte inferior de ese vestido.

Otro alguien (o el mismo?) le recordará de esas manchas al día siguiente.
Usted correrá hacia el vestido desesperadamente, y, al advertir que no es tan grave la mancha como pensaba, decide ponerlo en remojo hasta el día siguiente. Ya todos sabemos cómo mancha el fernet.

Al día siguiente usted llegará a su casa al mediodía.
Saludará a sus Sres. Padres que están huyendo a quién sabe dónde, y pondrá música a todo volumen, como oveja descarriada del rebaño. (?)
Luego procederá a editar fotografías de la fiesta donde se manchó el vestido.

Ahí recuerda que debe sacarlo del agua y tenderlo.
Lo escurre con sumo cuidado y sube a la terraza.
Antes de subir, recuerde dejar el celular en la mesa de la cocina, fuera de todo alcance.
No es necesario llevar una pinza, que sería lo más lógico sabiendo que va a quedarse encerrada con ese tipo de puerta.

Olvide recordar que la puerta interior que va a la terraza, tiene el picaporte roto y solamente del lado de adentro. (de modo que para no quedarse encerrado, saque el medio picaporte y ubíquelo del lado de afuera, pero esto sólo si no siente deseos de quedarse "encerrado" a pleno sol a las tres de la tarde en febrero).

Dispóngase a tender el vestido.

Y deje que el viento o quien sea cierre la puerta de un portazo.

Definitivamente encerrada ahí arriba. For ever.

Piense cosas como "Puedo morir de sed/inanición hasta que los seres humanos que viven conmigo se decidan a volver", "Si bajo y salgo por el portón a pedirle el teléfono a un vecino, no me sé el número nuevo de mi madre, ni el de su marido, genial", "Bueno, de sed no te morirías porque bajás al patio y tenés una canilla", "Qué buena idea para no aburrirme", "Me acabo de cagar la siesta" y pelotudeces varias.

Piense en lo que haría si viviera sola.

No deje que el pánico la inunde.
De hecho, comience a reírse compulsivamente e insúltese con frases como "No puedo ser tan idiota!", "A mí sola me pasa esto", "Que vuelvan mis padres ya" y las que se le ocurran.

Mi preferida fue: "Ok, si sos tan pelotuda como para no avivarte de sacar el picaporte, arreglátelas y encontrá la manera de volver a entrar".

Piense lógicamente. Sobretodo piense.

Desde la terraza, baje como monito al patio.
Ya en el patio, quite el mosquitero exterior de la ventana de la cocina, que es lo único que se encuentra abierto.
Ilusiónese con que pasa por esa reja y entra a la cocina.
Imposible. La pierna no pasa. No pasa ni  un niño por ahí. Olvide ese plan.

A su alcance habrá cuchillos varios. El elemento perfecto.
Vuelva a subir a la terraza.
Esta vez, deberá sacarle las sandalias y dejar de hacerse la linda porque debe trepar y descalza no va a patinarse como lo haría calzada.

Fíjese que es imposible entrar por las cuatro ventanitas que dan a la escalera. Pruebe igual.
Saque los tornillos del mosquitero. Intente abrir la ventana destrabando la traba interna.
Imposible, se lo dije.

Finalmente observe que la parte que sobresale del picaporte (sobresale porque la puerta externa de la terraza está abierta, sólo cierra de adentro, de modo que ladrones, abstenerse, no lo lograrán), tiene un pequeño corte interno.
Inserte un cuchillo en ese corte. Piense para qué lado abre el picaporte.
Haga fuerza. No importa si se cortajea un poquito, siga haciendo fuerza.
Encuentre un pequeño trapo que la va a ayudar en la hazaña.
Envuelva cuchillo y picaporte y siga haciendo fuerza. No se desconcentre.

Escuche la música que viene desde adentro.
Ilusiónese de nuevo.

Pero sólo hasta que el picaporte haga un sonido similar a un "CRAC!" y abra la puerta.
Agradézcale al cielo y a todos los santos.
A la Virgen pegada en la heladera a la que el viernes alguien le tapó la cara porque se sentía intimidado.
A su inteligencia que no deja que panda el cúnico y se toma las emergencias fríamente.

Entre y escuche que está sonando "Don´t Stop Me Now", de Queen.
Sonría con ganas de "No me lo creo" y "Qué grosa que resulté", y cuéntelo en el blog.

Porque a usted sola le pasa.
En serio.

9 de febrero de 2012

El ex.

Estaba limpiando y encontré todos los portarretratos que había guardado así nomás cuando me separé de mi ex.
Estaban con las fotos puestas todavía.

Y se me dió, sin melancolía ni tristeza, por recordar esos momentos donde nos habíamos sacado esas fotos.
Recordé lo feliz que fui y cómo todo se puede derrumbar si no se cuida.
Cómo el último año me ví haciendo piruetas y malabares para intentar salvar algo que estaba hundiéndose como el Titanic.

Yo no quiero que me vuelva a pasar eso.
Quizás por ese miedo tampoco me puedo abrir con alguien sin que esta timidez me ponga roja la cara y me haga sentir incómoda.

Pero lo bueno siempre queda en el recuerdo.
Voy a aceptar que yo también fui muy culpable de la decadencia de esa relación, y voy a salir por la puerta con la frente alta de haberme dado cuenta, no a tiempo, pero de haberme dado cuenta de que era el fin, y que hice algo que aunque lastimó al otro, sé que fue lo mejor para los dos.

Me encantaría que ambos podamos ser felices como lo fuimos. Y más, obviamente.
Porque ya sabemos cómo cuidarlo, y en todo caso, conocemos varias señales para abrir los ojos a tiempo.

Ojalá que él pueda ser muy feliz.
Yo la verdad que, por ahora, no me quejo.

Pero necesito imprimir fotos para llenar todos esos portarretratos!!!


8 de febrero de 2012

Flor de conclusión.

En mi cumple cené con dos de mis mejores amigos, en casa.
Sole (pongámosle un nombre ficticio :P ) le preguntó a madre una conclusión de mis 29 años.
Madre se emocionó un poco, tiró flores para ella y para mí por doquier, y fue un momento muy emotivo.
Que ni lo sentí porque sigo hecha una insensible de mierda que no lagrimea por nada.

Hace un rato me la preguntó a mí.
Yo, que me ando golpeando por lo bajo y sopapeándome frente a una realidad complicada, le dije, pensándolo rápido, que en estos 29 años:

"Aprendí mucho, me golpeé mucho, me reí mucho, fui muchas veces feliz, otras muy triste, me enamoré mucho, me desenamoré otro tanto, y me arriesgué poco, pero con calidad.
Y todavía me falta crecer y corregir un par de defectos que me molestan acerca mío, pero como ya me conozco bastante mejor que antes, puedo mejorarlos con más facilidad."

Eso.

7 de febrero de 2012

Una nueva vuelta al sol.

Hoy comienza mi nuevo año.
Un año que está cargadísimo de proyectos, de ideas, de cambios y de expectativas.
Un año que está acá, acompañando cada paso de esta nueva vida que empecé hace unos meses y que me está dejando conocerme mejor que nunca. Descubrirme.
Un año que no me puede defraudar nunca, que sé que no me va  a defraudar.
Hoy, no me pregunten porqué, empieza el mejor año de mi vida.
Uno no puede nunca empezar un año sin proponerse que sea el mejor de los vividos, no?

Y qué mejor manera que haberlo empezado al lado del grupo de personas que más quiero en este mundo: mis amigas.
Ellas que me conocen como si me hubieran parido. Las que me regalan sobrinos para malcriar. Las que me hacen reír, las que me comprenden, las que están ante cualquier situación de la vida.
Las que me hablan y las que me escuchan.
Con las que tomamos gaseosa y con las que fumamos marihuana hasta casi desmayarnos.
Todas ellas son parte de mi vida y nunca nunca, sépanlo, nunca me voy a alejar de ustedes.
Por más que me mude al fin del mundo.

Sería capaz de transcribir la carta que me regalaron.
Porque si hay algo que me puede, algo que me derrite y me desequilibra, es que me regalen palabras.
Para mí es el mejor regalo del mundo.
Y si son así de sinceras, así de profundas y me describen mejor de lo que yo me puedo describir, entonces también me maravillan.

Me maravilla saber que la que la escribió me conoce a ese punto.
Que me dejo conocer con esa persona sin miedo a absolutamente nada.
Que tenemos proyectos en común, que charlamos de las cosas más increíbles y que hasta ideamos viajes. Que hemos viajado juntas! Y que ese viaje fue el más lindo que hice.
Porque te conocí mejor y me conocí mejor.

Otra cosa que me encanta es tener una hermanita astrológica.
Esa con las que vivimos cosas paralelamente, y que nos maravillan y asustan!
La que me regaló la agenda porque es signo de que este año lleno de cambios nos va a ir de pelos.
Lo dijo Ketut Liyer!!
Con la que sufrimos el mismo ansia de cambios. La loquita!!
La que me da orgullo que cumpla el mismo día que yo.

En fin, como decía, la carta.
No la voy a transcribir toda porque, primero es algo muy íntimo, y segundo me da paja porque es re larga!
Así que aquí hay una pequeña selección de frases que me encantaron, y que obviamente hablan maravillas de mí! Se creen que si alguien me escribe algo feo lo voy a publicar?? Claro que si! Con orgullo y todo. Pero esto me encantó y siento la necesidad de compartirlo:

"Si reír alarga la vida, y haciendo un cálculo aproximado de las veces que nos tentamos con vos, listo, cantado: antes de los 120 años ninguna Ochava palma" (Ok, "Ochavas" es el nombre que le dimos al grupo en nuestra adolescencia y perdura hasta hoy, aunque ya ni seamos ocho chavas :P )

"Nuestra dulce cajita de Pandora. La sorpresa es innegablemente un efecto que nos solés provocar: cuando escribís, cantás, fotografiás, cuando nos transmitís tus ideas del mundo, y descubrimos todo ese cóctel, Pum! Efecto sorpresa! Cuando nos mostrás tu lado más vulnerable, sensible y frágil...Pum! Cuando te animás a correr riesgos y a dejar la seguridad de lo estable, pum! Otra vez."

"Nuestra amiga más cuestionadora, más inquieta mental (no pudieron haber encontrado mejor descripción de mi persona!) y alborotada sentimental, que te asegura en cada encuentro una especie de "peligro explosivo" del mejor, de esos que difícilmente pasan desapercibidos. Resulta que llegás, nos desparramás un par de dudas existenciales, a eso le agregás un pensamiento profundo, saltás con emociones, pasiones de esas que nos enloquecen, y nos dan ganas de experimentar, nos conmovés y después te vas"

"Nuestra amiga que definitivamente nació para andar desatada por la vida, y a la que seguramente la vida le dará para que tenga, para que guarde y para que archive, altas dosis de felicidad"


Y paro acá porque estas pibas lo único que hicieron es tirarme flores y yo ya me estoy agrandando.

Me hace feliz tener en mi vida a personas como ustedes.
Me hace feliz tener a TODAS las personas que tengo en este momento en mi vida.

Me retiro a celebrar esta nueva vuelta a sol.
Volveré y seré miles de palabras nuevamente.

6 de febrero de 2012

2012

Yo sé que es un año demasiado decisivo.

Sé que me estoy alejando de muchas personas.

Sé que por más que intente acercarme a otras que dejé en el camino, no lo voy a poder hacer, por lo menos no con la naturalidad de antes. Con alguna persona creo que sí, pero no con el resto, que son muchas.

Sé que inevitablemente me estoy acercando a otras personas de las que quizás no me aleje.

Sé que me falta conocer más personas de esas con las que voy a estar muy cerca.

Estoy olfateando mucho como gran perro que soy. 
Y ese olfato está más intuitivo que nunca. Acertado.
Me hace saber de quién alejarme y a quién acercarme.

Sé que este año no me va a pasar a mí sola. Sé que somos muchos.

Sé que las personas, las situaciones, las oportunidades y la información llegan siempre en el momento indicado. Sé que todo se da exactamente cuando se tiene que dar.

También sé que somos dueños de lo que queremos en la vida. Que tenemos la capacidad de lograr lo que queramos. Y que eso nos maravilla tanto como nos asusta.

Sé que necesitamos un cambio de conciencia.
Sé que nos tomamos atribuciones creyendo que el planeta es nuestro.
Sé que nos aterran muchos de los cambios que están por venir.
Sé que me cuesta mucho entender las dos partes de la vida que debo vivir, y se me complica "unir".
Sé que me falta comprender muchas cosas todavía y sé que no descubrí cuál es mi lugar ni mi misión.

Sé que no sé nada más que lo digo en este momento.
O si, pero no es lugar para contarlo.
Esto requiere una conexión importante con la persona con la que se charla y mucha pero mucha paciencia. Y mente abierta, primordial.

Y eso me pasa, me pasan las conexiones.

Sé que vienen cambios grandes y que tenemos que prepararnos para ellos.
Sé que hay riesgos de cometer errores gigantes. Hay que estar atentos, despiertos.
El cambio siempre es bueno.
Perdamos los miedos.
Hay que dejarse llevar.

Y ni se pregunten de dónde saqué esto.
Simplemente lo sé.

4 de febrero de 2012

La palabra de este ciclo.

En el libro de Elizabeth Gilbert, "Comer, Rezar, Amar" ella cuenta que cada persona o lugar tiene una palabra que la caracteriza. Pone de ejemplo la palabra que caracteriza a Roma, que es Sexo. (todas nos queremos ir a Roma, eh? Putitas....)

Personalmente creo que no hay una sola palabra que nos defina de por vida. Pero sí por etapas.
Hoy me dí cuenta que hay una palabra que define perfectamente mi manera de vivir desde noviembre, y que no sé cuándo cambiará: Vértigo.

Estoy viviendo vertiginosa, acelerada y compulsivamente. Sin paciencia, sin parar, sin recapacitar.
Me estoy llevando todo todo por delante.

Por un lado me encanta, está buenísimo. Pero por el otro necesito bajar un cambio, alguien que me ayude a calmar estas ansias por vivir todo de golpe (como si no hubiera vivido antes!) o esta cabeza que no para ni de día ni de noche.

Necesito que alguien me pegue un sopapo y me diga que me calme, porque si bien sé cuánto necesito bajar un cambio, se me complica llevarlo a cabo.

Y necesito respuestas, tengo ansia de respuestas.
Porque me han llenado de preguntas, hay personas que me generaron miles de preguntas en mi interior y desaparecen sin responderlas. Y no sé por qué se van de repente, no lo entiendo.
Eso me pone mal.
No me gusta que cuando empiezo a apreciar a alguien (hombre o mujer) desaparezca de mi vida de la misma manera sorpresiva en la que apareció.

Y también eso forma parte de mi vértigo: quiero a las personas muy rápidamente, y a veces ni siquiera las conozco en profundidad. Eso puede asustar a muchos, confundir a otros y llenarle la boca de idioteces a otro tanto.
Pero soy así: tengo buena vibra con vos, y te adoro; me caés mal, y te elimino de cualquiera de mis caminos.
Soy apasionada con todo, y a todo le pongo tanta pasión que termino incendiándolo, y arruinando las cosas que deberían cocinarse a fuego lento.

Necesito, ya lo vengo diciendo hace rato, bajar un cambio.
Dejarme llevar sin hacer tantas preguntas.
Porque la impaciencia me quema la cabeza.