12 de febrero de 2012

Cómo quedarse "encerrado" en su terraza.

Lo siguiente es válido para personas que conocen el funcionamiento de puertas y ventanas de la casa en cuestión. (yo los aprendí hace poco, e inclusive todavía descubro enchufes, canillas, árboles, etc..después de casi 8 años...)

Se comienza poniéndose un vestido clarito en una fiesta llena de borrachos.
Alguien volcará fernet en la parte inferior de ese vestido.

Otro alguien (o el mismo?) le recordará de esas manchas al día siguiente.
Usted correrá hacia el vestido desesperadamente, y, al advertir que no es tan grave la mancha como pensaba, decide ponerlo en remojo hasta el día siguiente. Ya todos sabemos cómo mancha el fernet.

Al día siguiente usted llegará a su casa al mediodía.
Saludará a sus Sres. Padres que están huyendo a quién sabe dónde, y pondrá música a todo volumen, como oveja descarriada del rebaño. (?)
Luego procederá a editar fotografías de la fiesta donde se manchó el vestido.

Ahí recuerda que debe sacarlo del agua y tenderlo.
Lo escurre con sumo cuidado y sube a la terraza.
Antes de subir, recuerde dejar el celular en la mesa de la cocina, fuera de todo alcance.
No es necesario llevar una pinza, que sería lo más lógico sabiendo que va a quedarse encerrada con ese tipo de puerta.

Olvide recordar que la puerta interior que va a la terraza, tiene el picaporte roto y solamente del lado de adentro. (de modo que para no quedarse encerrado, saque el medio picaporte y ubíquelo del lado de afuera, pero esto sólo si no siente deseos de quedarse "encerrado" a pleno sol a las tres de la tarde en febrero).

Dispóngase a tender el vestido.

Y deje que el viento o quien sea cierre la puerta de un portazo.

Definitivamente encerrada ahí arriba. For ever.

Piense cosas como "Puedo morir de sed/inanición hasta que los seres humanos que viven conmigo se decidan a volver", "Si bajo y salgo por el portón a pedirle el teléfono a un vecino, no me sé el número nuevo de mi madre, ni el de su marido, genial", "Bueno, de sed no te morirías porque bajás al patio y tenés una canilla", "Qué buena idea para no aburrirme", "Me acabo de cagar la siesta" y pelotudeces varias.

Piense en lo que haría si viviera sola.

No deje que el pánico la inunde.
De hecho, comience a reírse compulsivamente e insúltese con frases como "No puedo ser tan idiota!", "A mí sola me pasa esto", "Que vuelvan mis padres ya" y las que se le ocurran.

Mi preferida fue: "Ok, si sos tan pelotuda como para no avivarte de sacar el picaporte, arreglátelas y encontrá la manera de volver a entrar".

Piense lógicamente. Sobretodo piense.

Desde la terraza, baje como monito al patio.
Ya en el patio, quite el mosquitero exterior de la ventana de la cocina, que es lo único que se encuentra abierto.
Ilusiónese con que pasa por esa reja y entra a la cocina.
Imposible. La pierna no pasa. No pasa ni  un niño por ahí. Olvide ese plan.

A su alcance habrá cuchillos varios. El elemento perfecto.
Vuelva a subir a la terraza.
Esta vez, deberá sacarle las sandalias y dejar de hacerse la linda porque debe trepar y descalza no va a patinarse como lo haría calzada.

Fíjese que es imposible entrar por las cuatro ventanitas que dan a la escalera. Pruebe igual.
Saque los tornillos del mosquitero. Intente abrir la ventana destrabando la traba interna.
Imposible, se lo dije.

Finalmente observe que la parte que sobresale del picaporte (sobresale porque la puerta externa de la terraza está abierta, sólo cierra de adentro, de modo que ladrones, abstenerse, no lo lograrán), tiene un pequeño corte interno.
Inserte un cuchillo en ese corte. Piense para qué lado abre el picaporte.
Haga fuerza. No importa si se cortajea un poquito, siga haciendo fuerza.
Encuentre un pequeño trapo que la va a ayudar en la hazaña.
Envuelva cuchillo y picaporte y siga haciendo fuerza. No se desconcentre.

Escuche la música que viene desde adentro.
Ilusiónese de nuevo.

Pero sólo hasta que el picaporte haga un sonido similar a un "CRAC!" y abra la puerta.
Agradézcale al cielo y a todos los santos.
A la Virgen pegada en la heladera a la que el viernes alguien le tapó la cara porque se sentía intimidado.
A su inteligencia que no deja que panda el cúnico y se toma las emergencias fríamente.

Entre y escuche que está sonando "Don´t Stop Me Now", de Queen.
Sonría con ganas de "No me lo creo" y "Qué grosa que resulté", y cuéntelo en el blog.

Porque a usted sola le pasa.
En serio.

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