26 de mayo de 2012

Me regalaron una agenda.

De Coelho, para mi cumpleaños.
Era de mi tocaya cumpleañeril. (?)
Y como ambas estamos de la nuca, ella soñó algo que le dió la pauta de que me la tenía que regalar. Yo se lo creí, obviamente, y acepté el regalo encantandísima.
Y si, la estoy usando, tal como ella pensaba...

Y apenas la abro, la primer página me cambia el día, me saca una sonrisa.
Aquí transcribo esas palabras:

Podemos creer que todo lo que la vida nos ofrecerá mañana es repetir lo que hicimos ayer y hoy.
Pero, si prestamos atención, nos daremos cuenta de que ningún día es igual a otro.
Cada mañana trae una bendición escondida; una bendición que sólo sirve para ese día y que no puede guardarse ni desaprovecharse. Si no usamos este milagro hoy, se perderá.
Este milagro está en los detalles de lo cotidiano; es preciso vivir cada minuto porque allí encontramos la salida de nuestras confusiones, la alegría de nuestros buenos momentos, la pista correcta para la decisión que tomaremos.
No podemos dejar nunca que cada día parezca igual al anterior, porque todos los días son diferentes, porque estamos en constante proceso de cambio.

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