27 de diciembre de 2012

No te atrevas a dudar de mí.

Hacés algo que nunca nadie generó en mí: cuando me provocás una emoción grande, tengo escalofríos en la punta de los dedos de las manos.

Desde el vamos supe que íbamos a tener algún que otro roce. Pero sin embargo no lo ví como algo grave.
Hoy en día entiendo que no sabemos cuál de los dos es más caprichoso y cabeza dura. Y que así no vamos a llegar a nada.

Desde que tengo uso de razón, calculo, te venía buscando.
Los culpables probablemente fueron los hermanos Grimm, Disney, Barbie.

Siempre en búsqueda del príncipe azul, las princesas sólo eran tales cuando ellos rompían los hechizos con un beso, cuando el amor que sentían uno por el otro era tan fuerte que les imposibilitaba alejarse.

Eso. Me resulta prácticamente imposible alejarme de vos.
No sé si por vicio, si por el lazo fuerte que siento que tenemos, o porqué será.
Sólo sé que ya me imaginé toda la vida y vos estás ahí, y que la que hoy me estás ofreciendo es la vida que quiero tener, es la que me hace bien. La que me saca sonrisas día a día, la que me hace dar cuenta de que nunca nadie me hizo sentir tanto, tan fuerte, tan variado, y menos en tan poco tiempo.

Sé que estoy dispuesta a dar todo lo que sea necesario por estar bien con vos, porque aprendamos de una buena vez a aceptar nuestros roces y a saber cómo llevarlos. Porque aprendamos a tenernos paciencia y dejemos de hacer escándalos por lo sensibles que somos.
No te atrevas a dudar de que lo voy a hacer.

Porque solamente recuerdo una sola vez que valía la pena la discusión, y porque todas las demás son pequeñeces. Que cansan, sí, pero pequeñeces que tendríamos que aprender a sobrellevar si realmente queremos estar juntos. Y conocernos. Siempre siento que nos falta conocernos... (y es lógico con el tiempo que pasó)

Pero vos ya me despertaste. Con tu mirada tímida, con tus besos, con tus caricias.
Ya sos parte de mí y si querés escaparte, se te va a complicar. :P

Te amo y agradezco enormemente el día que apareciste en mi vida.

Y no, no sos mi príncipe azul. Sos el rey verde que se adueñó de todo esto, que provoca lo cursi que me pongo para decirte lo que sos para mí.

Porque el verde es el color que más me gusta.

Sin duda vos también sos lo mejor de este año que se va.
Y no exagero si digo que sos lo mejor de mis casi 30.

Te amo. Infinitamente.

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