28 de julio de 2013

Acá...

...saliendo de mi zona de confort y dándome cuenta de lo diferente que se ve la vida.
Acá, tratando de vivir como escribo.

25 de julio de 2013

Ponele.

Ponele que mañana nos morimos todos.
O se mueren todas las personas que queremos.
Y así quedamos, con tantas palabras en la boca, con tantas cosas que no hicimos, metiéndonos el orgullo en el ojete.
Pero todavía estamos vivos.
El ser humano es un pelotudo.

Soñar.

Estaba yo en una terminal de ómnibus, pagando la boleta de $32 y monedas del gas de este mes, con tarjeta de crédito, a lo que me dan un ticket (ticket to ride??) para firmar, que me solicitaba datos extraños, en este orden: FIRMA, ACLARACIÓN, NOMBRE (no te lo aclaré ya?), DNI, MÚSICA (para esto esperé a la chica que me lo dió y le consulté si realmente tenía que poner el estilo musical que escucho) y otros datos bizarros.

Es viernes, de día, pero sin embargo es de noche. Vieron como son los sueños en los que el tiempo es pero no es, y viceversa.

Miro el celular esperando un mensaje de él. Es viernes a la noche y salió con sus amigos.
Pero me doy cuenta que es un mensaje que no va a llegar nunca, porque ahora estamos separados.
Y pienso -si, en el sueño-que en la realidad hacía rato no lo hacía, a menos que fuera para responderme uno que yo le había enviado previamente.

Ya no me enviaba mensajes como antes haciéndome notar que la estaba pasando bien, y sin embargo, me extrañaba o pensaba en mí. Sin siquiera hacerlo literal, un mensaje, para mí, era señal de que mi persona andaría por algún recoveco de su mente, y eso simplemente me hacía felíz.

Pero no. El mensaje no llega y alguien me hace escribir un sobre con el nombre y dirección del destinatario, que es una mujer llamada Cizvina (yo creía que era Silvina mal escrito). Otra vez datos muy extraños, un número en el ángulo superior derecho -668-, una dirección que empezaba con "Mar..."
Lo termino y viene mi colectivo.

Me subo, y estando adentro me veo desde afuera, y el colectivo es rojo con detalles blancos.

Así, sabiendo que me estoy yendo y que nos estamos perdiendo, hay un mensaje que nunca llega.

Paso por la calle San Martín de Campana, y una señora de cabeza gigante parada en una vereda, con anteojos de marco rojo oscuro pero traslúcidos, que me recuerda mucho a mi tía, me saluda con una sonrisa enorme. Está en San Martín 332, según observo.

Estoy parada en el colectivo que sigue su curso.

Y me voy.

24 de julio de 2013

El parte del martes. (?)

Si si, respiro.
El caloventor capaz me está sacando un poco de aire, así que de a ratos lo apago.

Pero estoy bien, estoy en procesos.

Más que nada estoy aprendiendo a SOLTAR.
Y estoy hablando..."sola". Me hace bien. Muy.

Y por otro lado, si: estoy aprendiendo a vivir como escribo.

No por egocéntrica, ni porque crea que escribo como los dioses, lejos estoy de escribir "bien", pero cuando escribo soy realmente yo, tomo pausas, pienso lo que digo, soy valiente, viajo por el mundo, sueño y vivo en el Universo, no sólo en la Tierra.

Cuando escribo soy libre, no tengo límites, avanzo y cuando retrocedo es hacia algo lindo, agradable. Voy y vengo en el tiempo y vivo como quiero.

Cuando escribo saco todo lo que tengo adentro, por eso me resulta más fácil incluso que hablar.
A la gente no le gusta, no se acostumbran, porque parezco cobarde, y tienen razón.
Evito la confrontación que me hiere, porque temo no ser escuchada, porque no puedo hablar sin llorar a veces.
Y ésa soy yo, y sé que cuando escribo, la gente "me escucha".

Cuando escribo uso la intuición, porque no estoy sola. De hecho, nunca estoy sola. Bueno, quizás sí físicamente, no sé si me explico.
Cuando escribo uno, integro, mezclo todo lo que absorbo. Doy y recibo aunque suene ridículo.

Cuando escribo no necesito a nadie que me comprenda, no necesito consejos ni opiniones. Soy yo, y punto.

Soy muy sensible a los ruidos fuertes, a las multitudes, a todo. No puedo ver noticieros, me indigna la sociedad como está. Me cuesta encajar cuando salgo afuera. Y eso en parte, me hace alejarme.
A qué? A escribir. Por eso siempre me desahogo de esta manera.

Me gusta el silencio, me gusta estar conmigo. Me gusta vibrar como lo hago y equilibrarme sola, me gusta la luz.
Y me doy cuenta que escribir me libera, me hace fuerte.

Así que por todo eso, y más, estoy aprendiendo a vivir como escribo, a sacar estas palabras y supuestos hechos, para afuera.
A soñar y vivir lo que sueño.
Que no es poco.

23 de julio de 2013

Me atormenta tu amor que no me sirve de puente, porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás.

"-Vos no podrías -Dijo La Maga- Vos pensás demasiado antes de hacer nada.
-Parto del principio de que la reflexión debe preceder a la acción, bobalina.
-Partís del principio - Dijo La Maga-. Qué complicado. Vos sos como un testigo, sos el que va al museo y mira los cuadros. Quiero decir que los cuadros están ahí y vos en el museo, cerca y lejos al mismo tiempo. Yo soy un cuadro, Rocamadour es un cuadro. Etienne es un cuadro, esta pieza es un cuadro. Vos creés que estás en esta pieza pero no estás. Vos estás mirando la pieza, no estás en la pieza."

16 de julio de 2013

Yo no me pinto los labios de rojo.

No me considero una mina sexy.

Y no, yo no me pinté nunca los labios de rojo, más que a los 5 años cuando me pintarrajeaba la cara como si me hubieran disparado con la escopeta de Homero.
Tengo los dientes chuecos y el labial rojo sólo llamaría la atención al pedo.

Nunca usé base de maquillaje y menos cubreojeras.
"A mí si alguien me va a querer, que me quiera como soy".
Soy así, pálida y con ojeras que denotan que no siempre duermo bien.

No me gusta usar minifaldas, me resulta incómodo. Más allá de la celulitis que a todas nos trauma, a mí dame polleras más o menos a la rodilla o más abajo.
No, no soy Testigo de Jehová.
Simplemente me gusta ser natural y no puedo serlo con una pollera que me limite los movimientos. Si me quiero sentar en el piso, no quiero hacerlo practicando una pose de yoga para que no se me vea la chabomba.

Nunca me vestí de gato. Ni minifalda, ni botas blancas, ni transparencias. Hay cosas que prefiero dejar que me conozcan en la intimidad, y que además no me interesa vestir.
Mucho menos usar las tres cosas juntas.

Nunca fumé para hacerme la sexy.
Porque además cuando lo hice fue en muy pocas etapas de mi vida y por suerte nunca agarré el vicio.
Además a las únicas mujeres que fuman y que soporto son a mi vieja y a mis amigas, a las pocas que fuman.
Pero al resto, verlas fumar como si fuera sexy mientras te estás matando de a poquito, mmm, no, no me resulta para nada agradable. Me parecen muy gilas.

No soy 90-60-90, ni mido 1.70mt.
Pero aprendí a llevarme bien con mi cuerpo y, la verdad, con gustarle así al hombre que amo, me basta y me recontra sobra.

No tengo linda nariz.
Me hago cargo: mi nariz de perfil es una griega cagada a palos, y de frente se ensancha cuando río.
Pero es mía, y no la pienso modificar con nada.

No uso escotes abundantes.
Para mí no es necesario mostrarte lo que tengo. Ni a los hombres para atraerlos, ni a las mujeres para competir.
De hecho el tema físico no es tan primario para mí.

No soy rubia.
Y claramente nunca lo sería.

Y finalmente, no necesito ni vestirme como putita, ni maquillarme como una Barbie, ni tener maneras de ser sexies.

Porque las cosas que me interesaron conseguir en la vida, siempre las logré usando otros métodos.

La cabeza, por ejemplo.

5 de julio de 2013

Las carreras que no seguí.

Siempre fuí multifacética, y siempre me gustaron e hice un montón de cosas, a veces que nada que ver tenían una con la otra, y cuando estaba terminando la secundaria, a la hora de elegir una carrera, se me hizo un quilombo bastante entretenido.

Miren qué diferente de la diseñadora gráfica que soy hoy, podría haber sido:

-Bióloga Marina: Tengo la guita suficiente como para irme a estudiar a Puerto Madryn. Sueño con recibirme trabajando allá, y luego tener el culo de irme a trabajar a las Islas Galápagos. Ahora me estoy rascando la entrepierna tirada en la playa mirando el amanecer.

Pero probablemente en la facultad me enamoraba, me quedaba preñada a los 6 meses de salir con el muchacho y hoy tendría 3 pibes, no habría terminado la carrera, y viviría con mis viejos y los pendejos acá en Campana.

-Escritora: Escritor no se estudia, pero en mi caso hubiera estudiado Letras.
Escribo libros re interesantes y soy una escritora reconocida mundialmente, lo que me lleva a viajar por todo el globo y conocer miles de culturas.

Pero probablemente me aburría de tanto hippie que no estudia y sólo milita, me agarraba a las piñas con alguno que me rompiera mucho las pelotas, y me echaban de la facultad.

-Publicista: La pegué. Me garpé una universidad privada, antes de recibirme entré en una agencia, y hoy estoy llena de guita y generando ideas consumistas a lo loco.

Pero probablemente: 1) Me cansaba de viajar en bondi a Capital.
2) Me agarraba una crisis existencial, al darme cuenta que todo lo que hacen los publicistas es mejorar lo que se tiene que vender, que es inmejorable. Pateaba el tablero en la agencia, los recagaba a puteadas a todos por garcas,  y me volvía llorando en el Chevallier a la casa de mi vieja.

-Criminalística: Soy la reina de Criminal Minds Argentina. Y soy la más inteligente del equipo descubriendo casos dificilísimos.

Pero probablemente me mostraban el primer cuerpo desmembrado y vomitaba en plena clase. Dejaba la carrera al mes y medio.

-Comunicación Social: Soy una periodista existosa, trabajo para la National Geographic y me mandan a todas partes del mundo. Gano premios, tengo casa en Pretoria y en Bali, marido y 3 hijos hermosos. Me limpio el culo con dólares.

Pero probablemente: Descubría lo mentiroso que suele ser el periodismo. Ocultaban tantas cosas que me indignaba ser parte de ellos. Les exigía que dejen de venderse, boqueando y pidiendo justicia por todos lados. Me secuestran a la familia y exigen que me calle la boca. Me mudo silenciosamente a Guinea y nadie recuerda mi caso en un par de años.
No me aceptan el CV en ningún lado por quilombera y botona.

Esta carrera la empecé dos veces: Mientras estudiaba diseño, y después de haber terminado. Las dos veces la dejé porque me daba paja ir a clase los sábados, de 7 de la mañana a 5 de la tarde. Flojita. Lo volvería a hacer todo igual seguramente.

-Fotografía: Me recibo en Motivarte y mis fotos son premiadas en todas las exposiciones. Me llaman para dar entrevistas de diferentes medios y la gente me compara con Marcos López. Me llaman -otra vez- de la National Geographic y me voy al Congo a cubrir la vida de los monos tití. No tengo hijos porque rompen las pelotas para viajar y mariconean si me voy mucho tiempo. Me jubilo exitosamente con una pensión que le da de comer a los 10 hogares de niños y 15 de animales que puse alrededor del mundo.

Pero probablemente: 1) Me cansaba de viajar en bondi a Capital. Sí, siempre es una opción.
2) Me peleaba con alguna compañera cheta que me cansaba con sus preguntas estúpidas y le partía la cámara (de ella) en la cabeza. Me echaban de la facultad. Volvía a Campana y entraba a trabajar en el Coto como cajera. Lloraba todos los días, iba a la psiquiatra para calmar mi agresividad y vivía empastillada.
3) Se me caga la vista re mal y tengo que operarme de cataratas a los 25 años. La NG me rescinde el contrato y no puedo ni hacer sociales hasta recuperarme. Cuando me recupero, mi vieja había vendido la cámara para garpar la operación.

-Chef: Tengo mi propio restaurant en Palermo Hollywood, 25 empleados, 3 sucursales en Capital. Una casa en San Isidro, y otra en Córdoba. Estoy construyendo en el nordeste de Brasil una cabañita para vacacionar, y tengo otras que alquilo a turistas.

Pero probablemente un empleado disconforme con mis tratos de jefa, me manda a Inspección Sanitaria y encuentran una rata muerta, que el muy hijodeputa plantó entre las cacerolas. Me clausuran el restaurante y todas las sucursales. Me embargan las casas porque me quedo sin un peso. Mi marido me deja por una camarera y se lleva los chicos, porque no soporta vivir con una sucia. El juicio de divorcio se lleva la poca guita que me quedaba.

Pierdo el turno.

Por eso, creo que lo mejor que nos puede pasar en la vida, es lo que nos pasa.
No hay "¿Y si hubiera hecho tal cosa...?" o "Si no me hubiera comportado así..." que valga.
Somos lo que vinimos a ser, hacemos lo que vinimos a hacer, y es lo que mejor nos sale.
Nada debería ni podría ser otra cosa, más que la que ES.
Porque somos y damos lo mejor de nosotros, así como estamos hoy. Conocemos a quienes tenemos que conocer, nos acercamos o alejamos de quienes tenemos que hacerlo.
Y vivimos para aprender lo que necesitamos, y seguimos el camino siempre para adelante, avanzando, no hay vuelta atrás.
Por suerte. :)

PD: En alguna próxima entrega (?), analizaré las probabilidades de otras carreras que barajé (y lo hago aún hoy), como Turismo (seguro me encontraban varando perdida en algún desierto), Astronomía (caigo en cana por robarme un telescopio de la facultad), y Química (esta es la mejor, porque hago volar la facultad y aledaños).