27 de enero de 2014

El porqué de mi antisocialismo.

Hace alrededor de 3 meses, fuí aprendiendo diferentes maneras de afrontar a las personas.

Antes, me enojaba hasta hervir, si alguien que no me conoce, habla de mí como se le canta e inventa cosas.
Antes, me sacaba de las casillas que haya gente que no tiene reparos es lastimar a otros, en arruinarles la vida -adrede-, en sembrar cizaña, en ser malas personas.
Porque sigue sin entrarme en la cabeza que haya personas que no tienen la mínima idea de tener una relación en serio (hablo de todas las relaciones en general), de respetar al otro, de sentir amor y de ser leales ante las amistades, la pareja, la familia.

Nunca me creí merecedora de la envidia de nadie ni de los deseos de daño hacia mí o mi vida, porque primero que no me creo tan importante; y segundo, nunca le deseo el mal a nadie.

Pero gente jodida hay y va a seguir naciendo.
Van a seguir estando perdidos, van a ser tan infelices que su única felicidad es romperle las pelotas a alguien, va a seguir habiendo personas que no reparan en daños para conseguir lo que quieren.
Van a seguir existiendo personas caprichosas, egocéntricas, ambiciosas y/o lujuriosas, siempre.
Van a seguir respirando seres que a toda costa pretenden armar y ganar una guerra, cuando ni siquiera tienen el crecimiento suficiente como para iniciar una batalla, o saber qué hacer con sus vidas.
Voy a seguir cruzándome con personas que pretenden ocupar algún lugar de mi vida, y las voy a seguir poniendo en la puerta, educadamente, para echarlas sin ningún tipo de consideración.
Porque tengo mis límites.

Sin embargo, esto ya no me calienta, ya no me enoja. Me generan pena. Por ellos, claro. Porque ignoran que todo vuelve.

Y porque somos muchos los que tratamos de crear un mundo mejor, los que ponemos esperanzas en una sociedad educada, con cultura y sobretodo respeto y amor al prójimo; y seguimos siendo espectadores de gente que pretende entrometerse y vivir algo de tu vida, como si tuvieran ese derecho, o se creyeran tan importantes como para lograr lo que pretenden, aún si eso incluye el daño a otros.

Lamento informarles que corro con ventaja.
Que, además, ya pasé por experiencias peores que éstas, y que si ninguna me derribó, mucho menos una estupidez como la que piensan.
Y tengo un gran "olfato", que me permite saber cuando la gente hace cosas para dañarme, alejar a la gente que amo o incluso cuando tiene intenciones poco luminosas.

Ni me interesa señalarlos con el dedo, ni me interesa increparlos por la calle a decirles cuán equivocados están, o cuántas ilusiones falsas se crearon con lo que sea que se hayan imaginado. No me interesa absolutamente nada que me acerque a ese tipo de persona.

Mis seres queridos, mi vida y mi persona, no se tocan.
Y de ser necesario, voy a defenderlos desde la paz, pero con garras y dientes.
Que no les quepa duda.

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