27 de mayo de 2014

Repaso.

Antes de rendir cualquier exámen, todos hemos hecho un repaso veloz para ver cuánto aprendimos, y para no olvidarnos de nada. Lo hicimos superficial y velozmente. Pero no.

Estudiar no es lo mismo que aprender, por eso el repaso, debe ser hecho en profundidad, no por arriba como si sólo importaran los datos que nos van a tomar, olvidándonos de que si aprendiéramos todo eso, el exámen, además de exitoso, va a enseñarnos algo.

Mi repaso ya está a punto de culminar. Ya casi termino.

Ya abracé y limpié vómitos ajenos. Ya quise algo más serio y no supe decirlo. Ya me fuí en brazos de otro hombre que me ofrecía algo mejor, dejando un corazón roto y sin darle muchas explicaciones. Aprendí a decir las cosas que necesitan mi Alma y mi Yo.

Ya existió un hombre al que volví loco por completo.Ya fuí celosa al extremo e hice malas elecciones, y tomé malísimas decisiones. Ya dejé que alguien me arruinara unas vacaciones. Ya se arrepintió de alejarse de mí y ha repetido por ahí, que si hubiera seguido conmigo, no tendría los problemas de adicciones que tiene hoy. Aprendí que las personas no cambian su esencia, y crecen sólo si quieren crecer.

Ya me dejé pasar por arriba, maltratar verbal y psicológicamente. Ya me creí enamorada de alguien que sólo pretendía ser como un padre dictador. Ya me mintieron, y ya fuí engañada. Aprendí que no todo lo que reluce es oro, y que valgo mucho más que un hombre egoísta y manipulador. Aprendí que nadie se merece mis lágrimas y mucho menos mis súplicas. Aprendí a amarme un poco.

Ya creí en el amor para toda la vida y en las almas gemelas. Ya me hice el mismo tatuaje con alguien. Ya cuidé de alguien a quien no amaba. Ya insistí dos años para repuntar una relación que me hundía en el abismo del aburrimiento y el sosiego. Ya terminé una relación de cuatro años, para darle de comer a mi loba interna y a mis ansias de libertad. Ya destruí un compromiso con otra persona. Ya extrañé más animales que personas. Ya me alejé de personas que sentía como parte de mi familia. Aprendí que con el amor no es suficiente: hay que regarlo. Aprendí que necesito del sexo casi como de mis comidas diarias, y que quiero ser, además de mujer y amiga, la amante de alguien.

Ya me sentí liberada, impulsiva y divertida, y atraje lo mismo que estaba siendo yo en ese momento. Ya estuve en una relación karmática. Ya necesité diversión, y ya la tuve. Ya supe lo que es no ser una prioridad. Ya alguien no supo valorarme. Ya me rompieron el corazón y volvieron a enmendarlo. Ya extrañé y ya me extrañaron. Ya eligieron otras cosas antes que a mí. Ya prefirieron perderme antes que comprometerse, en cualquier sentido, conmigo. Ya decidieron madurar emocionalmente sin mí. Ya me ignoraron los mensajes, ya se asustaron de mis necesidades. Ya tuve sexo del bueno, y hasta por celular. Ya amé profundamente, ya di todo lo que puedo dar (y más) por amor. Ya dí oportunidades, ya me cansé de insistir y de pedir lo que necesito. Ya me cansé de estar en segundo plano. Ya extrañé niños que no son de mi familia. Aprendí a amarme del todo.  Aprendí a elegirme antes que elegir al otro. Aprendí que sigo de pie ante cualquier adversidad. Aprendí que mi corazón sólo está conmigo, y nunca se va con alguien más. Aprendí a valorarme por sobretodas las cosas. Aprendí que dos personas que se amaron, pueden hablarse y no guardar rencores. Aprendí a perdonar.

Finalmente, repasando, aprendí que mis inseguridades son mías, aprendí que valgo oro, que soy un diamante que tiene miles de facetas que pulir y hacer brillar.
Aprendí que todos los que "perdí", también me perdieron.  Observé que ya dejé el pasado atrás muchas veces.
Y que ya renací otras tantas.
Ya sé lo importante que fui para los otros, aún si no me lo han dicho.
Ya sé, ya sé.

Ya abrí los ojos.

Y ahora sé lo que necesito, y va de la mano con lo que deseo.

Entonces no me queda otra que vibrar en armonía.

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