29 de octubre de 2014

Personas.

Me gusta mucho observar los diferentes tipos de conexiones que tengo con las personas, porque suelo aprender de ellas, y de lo que generan en mí.

Hay personas que aparecen un segundo, sólo para enseñarte algo, o para que les enseñes vos, aunque ni siquiera te des cuenta.
Hay personas que vienen en tu auxilio, y te sacan del tedio, de la desesperanza. 
Hay otros que necesitan que los auxilies vos, que los abraces, que les asegures que va a estar todo bien, que le des la mano que los saca del pozo.
Hay personas que vienen a compartir su amor, a enseñarte a vos a compartirlo. 
Otros vienen para quedarse un rato, aunque no sea físicamente. 
Y esos son los que más me intrigan.

He conocido personas que ví sólo una vez en mi vida, de las que nunca me olvido. 
Otras con las que compartí contadas ocasiones, y me dejaron una marca especial, "su" marca.
Otros que simplemente, me embrujaron con una sonrisa, y no me dejan ir a ningún lado, aún sin decirme nada.

Me atrapa la gente callada, silenciosa.

Quizás las tome como un desafío hacia mí misma, para descubrir qué tanto tienen, qué ocultan detrás de su silencio. 
Porque es ley: los seres que no necesitan exteriorizar tanto en persona, están llenos de universo interior.
Y yo soy una convencida, de que son los que más valen la pena.

Me intrigan hasta el hartazgo. Me obsesionan.
Sí, sé que no es sano. 
Sé que son los aspectos de Plutón, sé que es la parte oscura de mi ascendente en Escorpio, sé que está mal.
Y sé que son más fuertes que yo.

Porque esas personas, muchas veces, son las que se quedan colgadas del pasado, y, como yo resuelvo y olvido el pasado -demasiado- fácilmente, quiero decirles que eso no está bien, que así no pueden avanzar.
No porque yo tenga la razón, sino para demostrarles que viviendo el presente, todo fluye mejor.

Me dan ganas de sentarme a hablar, de explicarles porqué no es tan bueno quedarse atascado, cómo pueden confiar en que lo mejor de la vida no fue "lo que pasó", sino que será aquello que desean con el alma, eso que necesitan, a lo que todavía no se animan a verle la cara, porque tienen miedo de sufrir, de que les pase lo mismo.
No saben que merecen mucho más de lo que se imaginan.
No creen que lo que está por venir, es mejor que lo que ya se fue.
Les cuesta confiar, les cuesta soltar, relajarse, dejar ir lo que ya no sirve, lo que los estanca.

Esas personas, son las que provocan que yo saque lo mejor de mí, que desenvuelva las ansias de ayudarlos.

Que pueden darse con una charla profunda, con un abrazo, con demostrarles que hay personas que los quieren como son, que los pueden ayudar a confiar otra vez, o que les pueden sanar un poco el corazón.

Que hay personas que piensan en ellos, aún sin haberlos conocido demasiado, y que saben cuánto valen la pena, aunque se atajen con su baja autoestima.

Que hay personas interesadas en compartir un pedazo de su vida con ellos, en descubrirlos.

Que hay personas que los han leído, que saben cuánto les duele o cuánto les cuesta el camino.
Que saben porqué quieren escapar como lo hacen.

Que hay personas que quieren una oportunidad para conocerlos, para estar cerca.
Que les pueden dar la mano, mirándolos a los ojos, y asegurarles que, si aceptan, todo va a estar bien.

2 comentarios:

SigosinCara dijo...

Voy a tener que ir a por esos mates Ale.

Ale Modarelli dijo...

Sii! Una pena que el otro día te respondí tarde :( Sos bienvenida cuando gustes!