Me dijo así, y medio que me aflojé en la silla.
Ella nació el mismo día que yo, sólo que tres años después.
La conocí cuando teníamos 14 y 17, y desde entonces, además de ser inseparables, siempre nos dijimos las cosas de frente, jamás nos peleamos o distanciamos, y fuimos observando cómo el destino -y nuestras elecciones- nos ponían a vivir paralelismos sumamente fuertes.
Tengo que entregar la llave de mi casa el 01/12. Me mudo a la casa de mis viejos por unos meses, porque me voy a vivir a Montevideo, ya es algo de público conocimiento.
Y lo decidí así, porque contándolo, lo absorbo y racionalizo mucho mejor, que si fuera un secreto.
Y lo decidí así, porque contándolo, lo absorbo y racionalizo mucho mejor, que si fuera un secreto.
Ella se va del departamento que comparte con su novio, y también debe entregarlo el 01/12.
Renunció a un trabajo agobiante, que la liberó para trabajar de lo que ama, y se van porque están construyendo su propia casa. ¿Adónde se van? A la casa de los padres de ella.
Podríamos hacer una película en paralelo, donde hay diferencias abismales, que terminan uniéndonos en algún punto.
Siempre, la vida, nos termina volviendo a juntar.
Ambas estamos en un turning point de nuestras vidas.
Ambas estamos arriesgando mucho, en pos de un futuro mejor.
Ambas estamos arriesgando mucho, en pos de un futuro mejor.
Ambas estamos siguiendo nuestros sueños, escuchando a nuestro corazón.
Ambas caminamos para adelante, porque sabemos que todo lo que dejamos atrás, ya no nos sirve, sino que nos estanca.
Ambas nos vamos a extrañar mucho, pero nos deja tranquilas saber que la otra siempre va a estar bien, que todo está fluyendo a favor de la vida que queremos vivir.
Ambas sabemos que todo lo que viene es inmenso.
Y somos conscientes de que, al fin y al cabo, el destino nos termina uniendo siempre.
Ambas sabemos que todo lo que viene es inmenso.
Y somos conscientes de que, al fin y al cabo, el destino nos termina uniendo siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario