14 de marzo de 2016

Anti.

La palabra "matrimonio" me suena horrible.
No es por jugar a hacerme la que va contra la corriente (que de todos modos mi espíritu contrariador lo hace inevitable), sino porque simplemente desde chiquita le tengo miedo al casamiento. Otra palabra horrible.

Cuando me preguntaban con quién me gustaría entrar a la iglesia el día que me casara (era pésima la relación con mi padre en ese entonces) yo me imaginaba siendo el centro de atención en un edificio supuestamente acorde a las que deberían ser mis creencias, que de mágico no tenía nada -al contrario del amor- y mi timidez sufría la supuesta exposición previa al llanto provocado por las ganas de huir.

Me da pánico toda la situación de exponer de ese modo mi intimidad, porque no lo entiendo como un festejo. ¿Amarga? Puede ser.
No necesito una fiesta para celebrar el amor que le tengo a alguien, ni papeles que nos ofrezcan una seguridad nada comprobable de que vamos a estar juntos "toda la vida". Nada ni nadie pueden asegurarte eso, porque el ser humano cambia, evoluciona, y si ese crecimiento no va a la par...ya sabemos lo que pasa. O el amor se termina, o bueno, miles de otras razones.
Tampoco me gusta la idea de gastar plata en una fiesta que se va a esfumar y sólo va a quedar como un buen recuerdo...en caso de que el amor dure lo suficiente como para no hacer de ese recuerdo el peor error de tu vida.

Además -católicos disculpen- pero todo ese texto del amor y el respeto y Dios en el medio (e incluso el registro civil) ¿No es todo medio pedorro?
Habría que reformular esas cosas de manera personal si te querés casar o simplemente si querés mirar a la persona que querés a los ojos y ser sincero.

Sí, le tengo un terrible miedo al casamiento. Y es algo muy distinto a lo que siento por el compromiso.

Un compromiso no es, para mí, un par de anillos. No es asegurarte con una casa y el perro que te voy a amar hasta que dejemos de comer perdices.
Un compromiso se establece simplemente con las ganas de dos personas de estar juntas, y en este tipo de casos, de formar una familia o de planear un futuro de la mano.
Compromiso es permitir que el otro confíe en vos y viceversa. Cuidarse mutuamente es compromiso. Ser honestos. Respetar que el otro no es una extensión tuya ni actúa igual que vos. Darse libertad es compromiso. Actuar con responsabilidad.

Los que no nos queremos casar, tenemos miles de alternativas de convencer al otro de que no es necesario, e incluso otras tantas para demostrar el amor que le tenemos, de manera que se quede tranquilo que todo va a estar bien. O que, en realidad, lo vamos a intentar.

Pero no se puede prometer nada. No juramos. No, ni siquiera yo que vivo diez años adelantada y pensando en el "¿Y después?" porque el amor no se puede programar, no tiene tiempo, no se puede maniobrar a gusto.

Por eso, lo mejor, es ser honesto cuando planeás tener un futuro concreto y estable con alguien, o cuando hablan de estar juntos "para siempre":

"Mirá, Fulano/a, yo no sé cuánto tiempo vamos a estar juntos. No sé si vos vas a ser realmente el/la padre/madre de mis hijos. No sé si vamos a mudarnos juntos mañana, en un año o nunca. No sé ni siquiera si quiero que toques todas mis pertenencias y leas todo lo que escribo (claro que no). Mucho menos si quiero estar bajo el mismo techo con alguien más, pero al menos estoy dispuesta/o, porque me gusta que estés en mi vida. Sí tengo muy en claro que adoro que no me sueltes la mano cuando estoy triste. Que me hagas el desayuno cuando me cuesta despertarme. Que me abraces cuando tengo frío. Que nos cuidemos de cada uno.
No puedo prometerte cosas que no sé si voy a poder cumplir, pero sí puedo decirte las intenciones que tengo contigo: Quiero (inserte aquí sus deseos a futuro).
Y mientras estemos juntos, voy a dar todo de mí para que evitemos la rutina. Para que no nos asfixiemos. Para respetar nuestros espacios, nuestras libertades. No voy a dejar que te caigas mientras dejes que te ayude, ni voy a fallarte cada vez que me necesites. Podés contar conmigo, cocinar conmigo, caminar conmigo. Podés hacer conmigo todas esas cosas lindas y sanas que se te ocurran. Sí voy a prometer, porque sé que puedo, que jamás voy a permitir que mis deseos sean reprimidos, y voy a incentivar los tuyos, siempre que se manejen bajo el respeto mutuo. Jamás dejaré de hacer mi vida, de tener mis hobbies, de necesitar mis espacios o de ver a mis amigas/os.
Nunca permitiré que me digas lo que debo hacer, pero sí estoy dispuesta/o a escuchar tus consejos y a tomarlos si me parecen convenientes. A hacer concesiones y llegar a acuerdos.

En síntesis, estoy dispuesta/o a hacer todo lo posible porque cada día juntos de nuestro presente, sea inolvidable mañana. Y a comprometerme con cada parte de esta relación dentro y fuera de la cama, porque sos la persona que elijo para compartirme."

Y listo.

Hoy en el banco había una pareja abriendo una cuenta juntos.
Mi primera reacción fue de terror, pero creo que les miré las ilusiones y me dieron un poquito de ternura.

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