18 de abril de 2016

Pánico.

Tengo ataques de angustia, de ansiedad. Algunos le dicen ataques de pánico, pero muy pocas veces tuve esa sensación mortal de que mi momento había llegado. Yo los sufro en los pulmones, en el aire, en la nariz.
Creí que no volvería a usar el verbo "tener" en tiempo presente, pero por lo visto jamás se van del todo, al menos por ahora.

Es el peor momento del día, cuando me doy cuenta que está ahí, machacándome la cabeza, el estómago, las ganas. Me desajusta la energía, me tira abajo, me absorbe íntegra.

Los nervios me comen la piel, las vísceras. Pero están ahí por algo, yo lo sé.
Aparecen cuando no me hago cargo de mis procesos, de los cambios que debo implementar, o de las cosas que debo afrontar. Aparecen cuando estoy mucho tiempo sin decir las cosas, cuando me ahogan las palabras que quiero soltar.
Renuevan su contrato conmigo cada vez que tengo miedo, terror, de tomar alguna decisión difícil, o que implique algún tipo de riesgo.
Me rodean cuando me hago la boluda, cuando pelotudeo en la vida e ignoro las cosas realmente importantes. Cuando sé lo que tengo que hacer y no lo hago. Cuando me distraigo de mis objetivos, demasiado.

Me golpean hasta tumbarme, cuando no me hago responsable. De lo que sea. Cuando me creo demasiado débil, cuando pierdo la fe, cuando ME pierdo.

Entonces me enrosco, como si fuera una serpiente que empieza a comerse su propia cola. Busco el aire, lo necesito, es lo que me devuelve la vitalidad. El viento.
Me callo. Respeto los procesos de los demás, los escucho aunque ni ellos lo sepan. Siento el dolor propio y el ajeno de la misma manera. Me corroen.
Pero tengo que sanar. Y me ocupo de eso para que la angustia se vaya, lejos. Para que me deje respirar con libertad de nuevo.

Cuando termino de comerme a mí misma, hay una nueva yo. Salgo corriendo a ponerme al hombro mis responsabilidades, le digo a mi niña interior que todo va a estar bien, que estoy en eso.
Que tarde o temprano, todo se endereza, se acomoda.
Que la tormenta ya pasa.
Y que la Luna siempre vuelve a llenarse para que veamos bien de noche.

No hay comentarios: