26 de mayo de 2016

No te conformes.

Estoy convencida de que no nacimos para conformarnos.
Estoy segura de que cuando descubrimos que hay "algo más", no podemos seguir ignorándolo, pasándolo por alto, mirando a otro lado.

Una vez que conocés la magia, esa conexión especial con alguien, ¿Qué haría que el día de mañana te conformes con menos?

Cuando encontraste el trabajo de tus sueños, ¿Por qué querrías aceptar otro que sólo satisface tus necesidades básicas?

Si descubriste lo que te hace elevar el Alma, ¿Por qué motivo dejarías de hacerlo?

Todas esas preguntas se responden con una sola palabra: Miedo.

Miedo de salir herido, de no ser suficiente, de no cumplir con tus expectativas o con las de alguien más. Miedo al compromiso, miedo a "perder la libertad" (cuando en realidad no se la conoce realmente si se teme perderla), miedo a fracasar, a perder algo o alguien, a no experimentar demasiado en la vida, miedo a la incomodidad del cambio, miedo miedo miedo.

Entonces, ¿El miedo de dónde sale? De la falta de amor propio.
Una vez me preguntaron si el amor propio me limitaba. Claramente esa pregunta no tenía las bases suficientes como para entender que decir NO no es limitarse: es respetarse.

La falta de autoestima, entonces, deriva en miedo y el miedo nos bloquea a experimentar las cosas más importantes y grandes de la vida, porque la mayoría de esas cosas requieren mucho trabajo previo y un gran nivel de compromiso con nosotros mismos, para luego ofrecerlo a la situación, cosa o persona.

Conocí a alguien con quien tuve la magia más grande del mundo, y lo sé porque la pude ver, la sentí, la reconozco. Ahora sé que si sólo quisiera sentirme cómoda y segura al lado de alguien, simplemente lo haría. Pero no, si ya sé que otras conexiones más profundas existen, no me voy a conformar.

Tengo el trabajo que ni siquiera imaginé tener en la vida. No sólo hago todo lo que debo hacer por cuidarlo, sino que me comprometo, al mismo tiempo, a cuidarme a mí en él.

He descubierto -por suerte- una gran cantidad de cosas que amo hacer, que me elevan, que me nutren, que me ayudan a mejorar como persona cada día. Y no pienso dejarlas de lado por nada, porque yo no quiero dejar de sentirme "yo".

Alguna vez sentí que me faltaba libertad.
Era porque simplemente no la conocía y tenía una idea adolescente de que tener libertad significa hacer lo que uno quiera, donde y cuando quiera.
Libertad es poder elegir siempre la opción de crecer y de avanzar, de transformarte, de cambiar. De salir del lugar cómodo y estancado donde no tenés posibilidades de crecimiento. Y no es casual que esa libertad siempre se encuentre en las situaciones más difíciles.
Libertad es poder decir "basta"o "vamos", es poder amar sin limitarte, es ser quien sos sin ocultar nada, es despertarte cada día seguro de que la decisión que tomaste es la correcta. Libertad es saber cuándo seguir y cuándo parar, es respetar a los otros, es no exponerte a situaciones que a largo plazo sólo te traerían dolores de cabeza.
Libertad es viajar por el mundo pero sobretodo es viajar para adentro.

Alguna vez sentí que quería experimentar -casi desesperadamente- todo lo que se pudiera experimentar en la vida. Hasta que descubrí que mi curiosidad, además de no tener límites, no estaba siendo dirigida a los lugares, situaciones o personas indicadas.
Sigue sin tener límites, pero descubrí que me interesa más experimentar la profundidad de algo, el "hasta dónde" se puede llegar, en lugar de saltar de cama en cama, o de trabajo en trabajo, sólo por citar ejemplos.

Alguna vez sentí miedo ante la incomodidad, ante los cambios.
Más tarde descubrí que lo mejor que te puede pasar en la vida, es mutar constantemente. Porque cuando entendés que podés proveerte la estabilidad necesaria vos solo, que todo lo demás vaya cambiando al principio asusta, pero hace mucho más entretenido el camino. Y probablemente termines haciéndote adicto a cambiar, porque es sinónimo de evolucionar. Si lo hacés bien, claro.

Entonces, conformarse es para débiles. Para los que no se animan a romperse, porque no saben que después se vuelven a armar. Conformarse es para mediocres, para los que eligen quedarse estancados cuando arriesgarse parece terrible.
Conformarse es para gente aburrida que más tarde se pregunta qué ha hecho con su vida.

La curiosidad te hace cuestionarte. La libertad te da opciones.
Saber lo que querés de la vida, requiere que cuestiones esas opciones con el Alma.

Y que no te conformes con lo superficial, con lo efímero, nunca. Porque siempre, siempre hay algo más grande ahí atrás, mucho más grande de lo que nuestros ojos llegan a ver.

No hay comentarios: