El porqué de este blog.

Escribo porque es una de mis mejores maneras de comunicarme, desde siempre.
Porque de frente se me complica. Todo se me complica.

Pero, ¿Para qué escribo? ¿Para quién? ¿Por qué?

Antes que nada, escribo para desahogarme.
Siempre tuve esa necesidad, desde chica, de hacer llegar a quien sea todo lo que me pasa por medio de la palabra escrita.

Quizás sea gracias a que soy de Acuario, y uno de nuestros lemas es la comunicación.
O no. Qué se yo a qué mierda se debe.

Escribo para mí. De chica escribía diarios íntimos, agendas, y los llenaba de pelotudeces y stickers.
Tuve un diario barrial. Antecedente de mi gusto por el Diseño Gráfico y la Comunicación Social quizás.
Escribía cuentos, novelas, poemas y cartas.  Canciones, tengo escritas muchas canciones. Sin música, claro. Porque para eso soy de madera.
Escribía paredes y mesas.
He estado demorada en una comisaría por escribir paredes, también.

Escribo para otros. Para ustedes. Para el/la que se siente identificado, para el que necesite reírse un poco de la boludita del blog, para el que cree que no estoy bien de la cabeza, para mis amigos, para el que me lee y no tiene idea quién soy realmente, para los que me conocen de verdad y no creían que por mi cabeza pasaban tantas estupideces.
Para el que se cree que le dedico lo que le escribo.
Y para el que no se da cuenta que le dedico esas palabras.
¡Para todo el mundo!

No tengo buena memoria. De hecho, no tengo memoria.
No me acuerdo qué cené anoche. No me acuerdo fechas.
Olvido momentos importantes que me pasaron.
Así que esto también es una buena manera de mantener fresca la memoria.

Escribo y siento que me desprendo de todo, que los dedos piensan más rápido que mi mente, que me sale escribir cosas que no había pensado previamente. Me desahogo, me saco la mierda.

Escribo y proceso. Me desarmo y me vuelvo a armar.

Escribo y muchas veces me limito. Me callo los dedos y sufro una dictadura autoimpuesta cuando me voy por las ramas. Porque tampoco puedo contar todo de mí, qué aburrido.

Es una terapia, me da placer, me libera. No sólo escribo acá, también escribo alguna que otra cosa como la gente que no sé si algún día me animaré a publicar, o siquiera a mostrarle a alguien.

Escribo lo que pienso, lo que siento, lo que vivo, lo que me pasa. No escribo sólo de mí. Escribo lo que se me ocurra.

Escribo y lo hago público, porque se me canta. Es verdad que nunca quise tener un blog, antes de este, claro está. Pero después de empezar, perdí para siempre.

No me interesa el juicio que puedan hacer sobre mí en base a lo que escribo, todos somos libres. Juzguen tranquilos que nunca acertarán.

Soy muy tímida, aunque no parezca.
Y me pongo esta armadura de la escritura para poder decir cosas que de frente jamás diría.
Entonces escribir es mi medio de comunicación predilecto, como más o menos dije al principio.

Eso, escribo. Nada más.

Escribo y seguramente todos ustedes creerán que no soy normal.

Están en lo cierto.