2 de agosto de 2012

Un Universo en Ebullición, listo para Deshilvanar.

Universo: Todos somos parte de él, todos lo conformamos: lo bueno y lo malo, lo lindo y lo feo, lo amable (lo digno de amar) y lo detestable.
De él venimos, en él desaparecemos, a él observamos, en él nos perdemos.

Nada cautiva más al hombre como sus misterios, su inalcanzable conquista, su cantidad infinita de contenido, de constelaciones, de sistemas, de agujeros y asteroides, de nebulosas y planetas.

Un Universo está lleno de una interminable cantidad de cosas que nunca terminamos de descubrir. Todos somos un pequeño Universo, lleno de misterios, lleno de sorpresas.

Ebullición: El proceso físico en que la materia pasa a estado gaseoso. Es más que el agua hirviendo. La fiebre. La cólera y la rabia que nacen de repente y de la misma manera se van.

La pasión. Ese fuego apasionado con el que se mueven las cosas, la vida.
La vibración de los átomos, intensa y veloz, imperceptible.
La pasión, de nuevo. No la efímera, sino la que se aplica con fuerza, con amor hacia la vida, los hechos, los actos, los trabajos, los estudios, los amores.
La pasión eterna, aunque termine. Aunque nos queme, nos consuma.
Es preferible vivir así, intensamente, quemándose, y no temiéndole al fuego.
"Es mejor quemarse que desvanecerse" dijo Kurt. Y tenía toda la razón.

La pasión, para mí, implica amar con todo lo que se puede, con todo lo que te nace, con esa fuerza inexplicable que nos hace sentir cosas que no entendemos, que hasta preferiríamos no sentir...porque no hay mejor emoción en el Universo que la pasión que no se apaga, porque se retroalimenta con amor.

Deshilvanar: Nos vamos hilvanando, nos vamos cosiendo desde que nacemos, y a medida que vamos creciendo.
Nos vamos llenando de valores, de moral, de conocimientos, lógica, normas y pautas a cumplir. Vamos aprendiendo lo que "debemos ser", en lugar de intentar descubrir lo que realmente somos.
Nos llenamos de conceptos sociales a cumplir para ser dignos de la sociedad, para ser aceptados.
Nos vamos cosiendo a ella, vamos formando parte de un entramado más grande. Enorme. Como una Matrix.

Y llega un momento en el que necesitamos alejarnos de todo eso y descosernos, deshilvanarnos.
Desenroscarnos. Desnudarnos. Ser quiénes somos.
Puede ser que lo descubramos solos, o que necesitemos alguna ayuda externa que nos abra los ojos.
Deshilvanarnos como el fin último, como la liberación de todo lo preconcebido.
Deshilvanarnos de lo que no nos sirve, de lo que no es nuestro, lo que no nos pertenece, lo que "debe ser" pero no queremos que sea. Porque no somos así, porque no nos completa.
Deshilvanarnos del todo, de todo, y mirarnos al espejo. Sin siquiera observar el aspecto físico.

Poder respondernos "¿Quién soy?" sin nombre, edad, ni profesión. Ser quienes somos en estado puro.
Así, como recién nacidos.

Un Universo en Ebullición listo para Deshilvanar.

Así me siento.
Así debería ser mi epitafio si me muero en breve.

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