13 de enero de 2014

La familia no unida, gracias a Dios.

Pertenezco al porcentaje de seres humanos que entiende y acepta que la familia se elige, y que de todo tenemos algo que aprender.
En mi elección venían incluídos, además de una madre maravillosa y un padre con desperfectos que supe perdonar y amar de cualquier manera, una hermana inteligentísima, y primas y primos que derrochan amor y bondad donde quiera que vayan.

Pero también tengo "familiares" -sólo de sangre- de mi lado paterno, que tienen como pilar fundamental y objeto de la felicidad, al dinero.
No recuerdo en qué año escribí acerca de ellos, bajo las mismas circunstancias.
Claramente es gente que no avanza, y yo, la boluda que tiene que sacarse la bronca que le genera tener familiares así de malas personas, por lo menos por acá.

Pasa que Campana es muy pequeño, y todos sabemos todo.

Como por ejemplo, que es gente que por tener un peso más, no escatima en daños al prójimo.

Que para avanzar (nótese que avanzar es un verbo, para ellos, definido como la adquisición de bienes materiales) se aprovechan de mucha, mucha gente.

Que para sentirse importantes, cuentan lo que tienen.

Que para que los demás crean que son buenas personas, les dan oportunidades que luego les echan en cara o los "utilizan", si es que les sirven para algo.

Que buscan aliados para odiar a las mismas personas que alguna vez les fallaron -dios mío, equivocarse es algo tan trágico como haberlos querido matar- porque están tan llenos de odio que tienen que derramarlo, compartirlo.

Que, claramente, no tienen ni un atisbo de felicidad en su vida, porque sino ni mirarían las ajenas: qué tiene fulano y qué no, si se compró la casa o la alquila, si tiene dinero y en tal caso, ¡cómo puede ser que tenga esas posibilidades! Qué pecado estar cerca de la felicidad material!

Es gente que se jacta de todo lo tangible que logró en la vida, porque es lo único de lo que se pueden enorgullecer.

Que te desprestigia, insulta, agrede, inventa y se llena la boca con negatividad, sólo porque no es felíz y la felicidad ajena les resulta no sólo odiosa, sino imposible. 

Eso es lo único que saben hacer y a lo único que aspiran: a ser mejores que otros, pero por lo que tienen.
Se sienten importantes rebajando verbalmente -y nunca en la cara- a los que no vivimos bajo los mismos términos materialistas que ellos.

Por mí, que soy una de las afectadas -solamente por no haber asistido a sus casamientos, previo aviso-que lo sigan haciendo. Imaginen que me odian por eso y pasaron casi tres mundiales!! Pasa que, poniéndome en sus zapatos, han gastado plata en mi lugar, que estuvo vacío... (!!)

Y son cobardes, porque cada cosa que les ha molestado, por lo menos de mí, nunca, NUNCA me la dijeron en la cara. Deciden ignorarte y ser tajantes, como si a una les doliera perder gente así en la vida. De hecho, les agradezco, me facilitaron mucho las cosas!!

Hasta sé muy bien que le hicieron creer a una de mis hermanas, que yo le fallé. Quisiera saber en qué, porque claro, ni ella lo debe saber. Apuesto con toda mi fe, en un 110%, a que es un invento. O alguna exageración ridícula que la verdad, ni me preocupo por descubrir. Porque el refrán de que "Dios los cría..." nunca estuvo errado.

Es que eso es lo que hacen, si le tienen bronca a alguien, buscan todas las maneras posibles de acoplar a su odio, personas vulnerables y sin carácter, que les crean todo lo que dicen.

Desde mi corazón les digo, a todos ellos: ojalá algún día sean felices, no sientan más odio, ni rencor, ni envidia ante la felicidad ajena. Ojalá logren ser libres, pero de verdad, con honestidad y bondad.

Les deseo que tengan autoestima para quererse un poco, pero en serio.
No desde el ego que les hace decir que no hay gente como ustedes. ¡Gracias a la vida que no hay más personas como ustedes en el mundo! Sino necesitaríamos como 3845734785 Jorge Rial para contar los chusmeríos, y hasta el innombrable se sentiría desplazado por observar tanta maldad junta!

Eso es lo que más me generan: incredulidad. Porque en mi cabeza terca, no entra ni siquiera la comprensión de tanta maldad, tanto materialismo, tanto odio y charlatanería, tanta ambición, tanta necesidad de criticar, de denigrar al otro, tanta tristeza que los lleva a actuar así.
Qué tristes que son, me dan pena, y eso ya es de por sí, demasiado feo.

Espero que de alguna manera esto les llegue, porque es la única manera en la que voy a gastar energía para que sepan lo que me parecen. De otra manera, estaría perdiendo tiempo valioso para mi vida y mi felicidad.
Ni siquiera vale la pena nombrarlos, como hacen ellos, porque además de ponerme a su nivel, estaría teniendo la misma actitud horrenda que tienen, y no me interesa ser una persona como ellos, sino todo lo contrario.

Lo que hago ahora, al escribir y compartir esto, es mi sentido de justicia. Me saco la bronca para seguir ignorándolos como venía haciendo, no me la guardo para no enfermarme, y ésta es la mejor manera que tengo de sacarme toda su mierda de encima.

Yo no me jacto de ser la Madre María, pero primero: no tengo odio contra nada ni nadie, tengo broncas sí, porque soy humana, pero no le hago daño a nadie bajo ningún punto de vista; segundo: lo material nunca fue lo más importante para mí. Por suerte día a día confirmo que tomé el camino correcto.

Algún día sabrán del karma que juntan comportándose como lo hacen. Espero que pronto salgan de su ignorancia, sin ofender.

Algún día se darán cuenta de que las cosas que les salían mal, eran pura responsabilidad de sus decisiones y su manera de actuar, y dejarán de creer que es porque la gente les hace "trabajos" o los envidia. (y acá me pongo mala y pregunto: Quién puede envidiar a gente así???!)

Algún día observarán cómo todo lo material que juntaron se derrumba frente a ellos, y comenzarán, por fin, a sentir el vacío.

Ese vacío preñado de esperanza que tiene toda búsqueda y comprensión de lo que realmente importa en la vida, la comprensión súbita del amor que nunca tuvieron y mucho menos dieron, que también les hará abrir los ojos para darse cuenta que para todo el dinero que acumularon, eran muy pobres.

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