27 de abril de 2014

Society.

Hay una canción de Eddie Vedder, Society, que no me alcanzan las palabras para decir cuánto la comprendo, cuánto la tengo tatuada en el Alma.

Nos insta a comprender que, en realidad, no necesitamos nada de lo que tenemos. No necesitamos nada!
Y la ambición por obtener cosas materiales, parece que nos diera seguridad o estabilidad, y no es así.
Todo lo que necesitamos está siempre a nuestro alcance.
Tal como lo plantean la película y el libro basados en la vida y experiencia desapegada de Christopher McCandless, el chico que se fue a rumbear por su país (USA) y por Alaska, muriendo de aparente envenenamiento o inanición, la idea general es que todo está delante de nuestros ojos, y no necesitamos siquiera del dinero para poder vivir centrados y en paz.

Comprender también que no necesitamos ninguna de esas cosas que los medios nos hacen creer que sí, que harán nuestras vidas más felices y fáciles, más llevaderas. Como si la vida no fuera llevadera por sí misma, con todas las maravillas que nos ofrece...
El tema es que la gente se nubla con lo que le "sale mal",- porque no sabe que se lo provoca ella misma-, se obnubila por lo que cree necesitar y así una y otra vez saca tarjetas de crédito, préstamos, electrodomésticos, muebles, etc...sin darse cuenta que lo que están buscando para sentirse mejor se encuentra tan cerca que no lo ven: dentro de ellos mismos.

Ahí tenemos todo lo que necesitamos. Ahí tenemos todas las respuestas.
Plantear una vida lejos de la tecnología, de los medios y de los productos "inserviblemente útiles", no es tan loco como parece.

Yo, como Diseñadora, necesito una computadora para trabajar más y mejor, porque debo adaptarme a los tiempos que corren y, si me quedo atrasada o atascada en el tiempo, no podría trabajar en tiempo y forma. Sin embargo, yo elegí mi carrera.

Ahora, si elijo dedicarme a otras cosas, entre ellas a ser Terapeuta Floral, qué necesito?
Agua, algún alcohol y las esencias. Si no tuviera las esencias, podría aprender a hacerlas.
Si no tuviera ningún alcohol, el efecto sería un poquito menos fuerte, pero efectivo al fin.

Entonces, lo que necesitamos depende de lo que queremos ser/hacer.

Y si tengo que mirar a gran escala, si tengo que elevarme por encima de mi vida y de todo lo material, de lo preconcebido y lo cultural, yo lo que quiero es dar amor.

Porque si me gusta ayudar a la gente, si me gusta enseñarles y ayudarlos a entender que dentro suyo tienen todo lo que necesitan para ser felices, entonces qué más preciso que mis conocimientos y mi amor por mí misma y por mis cohabitantes terrenales?

No necesitamos nada más que el amor.

Es muy triste que haya gente que tiene hambre, porque claro, necesita comida. Y eso pasa porque el que tiene comida de sobra, quiere que le sobre más.

Si esas personas con hambre supieran reconocer las plantas comestibles, la cosa iría por otro camino. (Claro que no sería lo mismo porque estaríamos retrocediendo culturalmente, mientras unos comemos sushi otros comen plantas, y esto no es justo para nadie, pero tampoco es a lo que voy, porque sino me pongo muy nerviosa con el tema de la injusticia social y no es a lo que apunto hoy con esto).

En fin, decía, es muy triste que, además de la gente con hambre de comida, haya gente con hambre de amor. Porque no se dan cuenta que lo tienen dentro suyo y que ni siquiera necesitan que otra persona se "los dé", como si fueran bebés necesitados.

Claro que todos necesitamos recibir amor. Pero si no lo damos, si no nos amamos a nosotros mismos, si no sabemos cómo dar amor... cómo hacemos para saber recibirlo?


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