25 de octubre de 2014

Astros.

No puedo vivir sin los planetas.
Ya lo intenté, quise evadirlos, bajé la mirada que observaba embelesada el cielo nocturno.
No puedo.

Quise no leer tantas cosas, no interesarme por sus movimientos, no estudiar cómo y porqué nos afectan, no mirar mi carta natal cuando algo intenso me está pasando.

Quise no seguir sus rumbos, no averiguar sus movimientos futuros, no fluir con su energía, no dejarme llevar.

No puedo.

Quise ocuparme de otras cosas, quise no distraerme con ellos, no darles tanto de mi tiempo.
Creí que lo estaba desperdiciando, que sería mejor invertirlo en otra cosa.
Pero no pude despegarme.

Creí estar haciendo las cosas mal.

No puedo evitar seguir leyendo, investigando, estudiándolos.
No puedo evitar que me atraigan como un imán.
No puedo evitar, que la gravedad haga lo suyo conmigo, al respecto de ellos.

Así que me dejé llevar, más que de costumbre.

Y me encontré entendiendo lo inentendible, explicando lo inexplicable, moviendo lo inamovible.

Me ví siendo guiada hacia otro camino que no era el que pensaba, ni siquiera el que me dió un título.
Me ví apasionándome por tanta información, como obsesionada por aprender más y más.
Me atrapó entender que no puedo saber todo, simplemente porque no me alcanzaría la vida.
Me ví maravillada por las luces, las sombras, los grados, los asteroides, las estrellas, los puntos matemáticos, la atracción, los campos electromagnéticos, la energía, los aspectos.

Así que tuve que reconocer, que había algo que me estaba llamando a seguir por ese camino. Que no era tiempo perdido, sino que lo estaba invirtiendo: de inversión a futuro, y de invertir las ideas de lo que esperaba hacer de mi vida.

Entonces acepté los desafíos.
Uno implica seguir la guía de lo que me dictan al oído, mi camino personal.
El otro, me dice que están en mi propósito, en lo que puedo darles a los demás.

¿Qué quiero decir con todo esto?
Que ya estoy lista. Que me siento preparada como para responder cualquier pregunta.
Así me la haga yo misma. (que son las más difíciles de responder)

Porque aprendí que de ellos te llega su influencia, su energía, pero está en vos saber adónde y cómo redirigirla, qué hacer con ella.

Y terminé comprendiendo esa frase que reza que los astros inclinan, pero no obligan.

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