Para mí, mirar tu vida desde afuera, como si fueras
espectador de una película, es el parámetro para saber dónde estás parado y si
querés seguir así, o no.
A mí me gustan las películas de personas que se llevan el
mundo por delante, que enfrentan sus miedos, que se arriesgan aunque estén
aterrados.
Esas donde el protagonista sufre por un amor oxidado y se va
de viaje, donde además de conocerse a sí mismo, descubre lo que quiere de la
vida.
Esas películas que te erizan la piel, con actores que te
generan automática empatía y por quienes esperás un final feliz. Con la
diferencia de que el final de nuestras películas siempre termina igual.
La que vale la pena, es esa película donde el protagonista
la lucha pila, se cae mil veces y se vuelve a levantar. Tiene una vida magnífica
llena de contrariedades, y le da para adelante. Duda de cada paso, pero se deja
llevar por impulsos cuando se agota de pensar.
La actúa esa persona que busca su camino, que se cuestiona,
que intuye que la vida no puede ser solamente madrugar, trabajar y acostarse a
dormir.
El actor de mis películas favoritas sabe que hay algo más esperando en el camino, y no tiene miedo de renunciar, de terminar las cosas que lo estancan o que le hacen mal. Busca, no se cansa de buscar, no se queda quieto. Investiga en sus propios deseos y toma acción al respecto, los cumple, es responsable de su propia vida y de su propia libertad.
Sabe que un compromiso, una renuncia o un determinado contrato con alguien o con algo más, no implica dejar de ser libre, porque está eligiendo con madurez, porque vive el presente pero piensa a futuro.
Reconoce cuando es feliz y cuando está triste, se
decepciona, ha tenido una infancia o una adolescencia difícil (o ambas) pero
continúa de pie, porque arma su propia vida día a día, sabiendo que cual sea
el resultado de sus acciones, éste traerá algún aprendizaje. Llora y se ríe a montones.
Cumple sus sueños.
Hace cosas que lo hacen vibrar por dentro, que le llenan el
Alma, que le gustan. No se conforma. Le gusta salir de la zona cómoda y es
aventurero. Tiene algo que le llamamos suerte, estrella. Para mí es simplemente que sabe dónde está parado y hacia dónde quiere ir, entonces actúa en consecuencia.
Tiene vida interna, es como un pequeño universo.
Tiene vida interna, es como un pequeño universo.
El protagonista de las películas que me gustan, responde que
sí cada vez que le preguntan si está bien. No le gusta responder que está mal
o confundido o triste o lo que sea, porque no habla si no tiene algo importante
para decir, si no está seguro de que el espectador lo va a comprender.
Porque está lleno de películas aburridas con diálogos superfluos que no llegan a ninguna parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario