Los reto y me hacen reír.
"-Qué pasa acá que no terminaste de pintar el dibujo? Hay que terminarlo, eh!
-Si, mi amor."
Me charlan de cosas insólitas.
"-Ay, seño, no lo aguanto más al verdulero."
Me hacen preguntas incómodas.
"-Seño, usted tiene novio? Está casada? Tiene hijos?
-Bueeeno, vayan terminando que tenemos que pasar a otra tarea..."
Son más de lo que imaginaba.
Lo pensé antes de enviar el CV, lo pensé mucho y alguien me dijo que estaba todo bien, que no tenga miedo, que siempre hay gente para ayudarme.
No me mintieron.
Estoy aprendiendo a medida que les enseño.
Aprendo que son diez, y que son diez maneras diferentes de comunicarse.
Aprendí detalles de fonoaudiología, ritmos de aprendizaje, de sus limitaciones y de las capacidades increíbles que tienen para equilibrar las que les faltan o que tienen en menor medida.
Aprendí que me leo todos sus legajos para conocerlos, saber lo que les pasa, y no me alcanza porque todos los días me sorprenden.
Aprendo a recibir tantos besos y abrazos como nunca hubiera imaginado.
Aprendo a escuchar "te quiero", mucho más que con cualquier pareja que tuve.
Aprendo que escucharlos cantar es pasarme a otro nivel de existencia.
Aprendo a aguantarme que me muevan hasta las vísceras.
Aprendo que no vale la pena sentirse mal o débil por las carencias que tengan.
Porque tienen mucho más escondido de lo que pensamos.
Aprendo a sentirme completa devolviéndoles todo eso que me dan.
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