Puesto número 8: La mujer sin personalidad. Y se la "arman" de acuerdo al círculo en el que se encuentren, donde otras personas les dicen qué hacer, pensar, etc... Boludas totales al mejor estilo Coti Nosiglia.
Puesto número 7: La mujer rocha. Rodete bien arriba de la cabeza, ojos delineados de negro onda gato, piercing arriba del labio. Remerita con inscripciones bizarras en inglés y brillos, con camperita deportiva, jean sin bolsillos bieeeen ajustado y zapatillas deportivas con plataforma. Posible chicle con la boca abierta o compañera de ciclomotor sin casco.
Puesto número 6: La mujer que fuma caminando por la calle. Se creen sexies y divinas. A mí me generan asco y putez barata.
Puesto número 5: La mujer abierta. Son las flacas descarnadas que cuando las mirás desde atrás les ves la abertura entre las piernas. Sin otro comentario, qué desagradable que estén tan abiertas.
Puesto número 4: La mujer "falsa espiritual". Éstas se olfatean. Ella va a todos los encuentros de todas las vertientes espirituales que se le crucen por la vida. No sabe bien en qué cree porque tiene un mambo de creencias importante. Pero hace retiros espirituales y lleva un estilo de vida "zen": Se cuida en las comidas, medita, tiene lámparas de sal en la casa que no sirven más que para decorar algún ambiente oscuro y hasta es posible que vaya a la Iglesia a limpiar sus pecados. Caga al marido, (y a quienes pueda y cómo pueda), trabaja de algo que detesta y tiene una vida de mierda.
Puesto número 3: La cheta hippie. Se va al norte o al Bolsón con la amigas del country. Se hospeda en el hotel más caro y limpio y las excursiones ni en pedo las hace en bondi. Ni le propongas un camping porque se muere del horror, gordo!. En el morralcito tiene alcohol en gel por si la toca algún bolivianito cuando lo hace cantar coplas y le dá las monedas. Cree tener una profunda conexión con la tierra, pero no le compra artesanías a los hippies de la plaza porque están sucias.
Puesto número 2: La mujer mandona que se las sabe todas. Se cree que es superior a vos. Te habla como si la tuviera más clara y en tono imperativo. Da órdenes pero no mueve el culo para ejecutarlas. Se mete cuando hablás con otras personas, siempre con esa manera de mierda de hablar. Sabe que la detestás y parece que lo hiciera a propósito. Te genera violencia y bala.
Puesto número 1: La mujer puta.Y acá no me refiero al machismo, para nada. No hablo de la mujer libre que hace con quien, donde, cómo y cuándo quiere, lo que quiere. No. Hablo de las reverendas conchudas que se encajetan con un hombre en pareja/casado/con familia, y a las que no les importa nada más que obtener cual objeto del deseo, al joven/señor en cuestión.
Ésa mujer sin códigos, sin alma y probablemente digna de medicación psiquiátrica, es la que se lleva todas mis piñas en la cara. Por puta.
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