Si si, respiro.
El caloventor capaz me está sacando un poco de aire, así que de a ratos lo apago.
Pero estoy bien, estoy en procesos.
Más que nada estoy aprendiendo a SOLTAR.
Y estoy hablando..."sola". Me hace bien. Muy.
Y por otro lado, si: estoy aprendiendo a vivir como escribo.
No por egocéntrica, ni porque crea que escribo como los dioses, lejos estoy de escribir "bien", pero cuando escribo soy realmente yo, tomo pausas, pienso lo que digo, soy valiente, viajo por el mundo, sueño y vivo en el Universo, no sólo en la Tierra.
Cuando escribo soy libre, no tengo límites, avanzo y cuando retrocedo es hacia algo lindo, agradable. Voy y vengo en el tiempo y vivo como quiero.
Cuando escribo saco todo lo que tengo adentro, por eso me resulta más fácil incluso que hablar.
A la gente no le gusta, no se acostumbran, porque parezco cobarde, y tienen razón.
Evito la confrontación que me hiere, porque temo no ser escuchada, porque no puedo hablar sin llorar a veces.
Y ésa soy yo, y sé que cuando escribo, la gente "me escucha".
Cuando escribo uso la intuición, porque no estoy sola. De hecho, nunca estoy sola. Bueno, quizás sí físicamente, no sé si me explico.
Cuando escribo uno, integro, mezclo todo lo que absorbo. Doy y recibo aunque suene ridículo.
Cuando escribo no necesito a nadie que me comprenda, no necesito consejos ni opiniones. Soy yo, y punto.
Soy muy sensible a los ruidos fuertes, a las multitudes, a todo. No puedo ver noticieros, me indigna la sociedad como está. Me cuesta encajar cuando salgo afuera. Y eso en parte, me hace alejarme.
A qué? A escribir. Por eso siempre me desahogo de esta manera.
Me gusta el silencio, me gusta estar conmigo. Me gusta vibrar como lo hago y equilibrarme sola, me gusta la luz.
Y me doy cuenta que escribir me libera, me hace fuerte.
Así que por todo eso, y más, estoy aprendiendo a vivir como escribo, a sacar estas palabras y supuestos hechos, para afuera.
A soñar y vivir lo que sueño.
Que no es poco.
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