Es importante notar, que en verano los seres humanos nos ponemos más desagradables que de costumbre.
Ah, no?
Chequeáte si no hacés nada de esto:
-Estornudar frente al ventilador: Sin querer, claro. Ningún ser humano razonable lo haría pura y exclusivamente para escupirse la cara y oler fétido todo el día. Creo.
-Rascarse las partes: Como parte del ritual de cosas chocantes, los hombres se rascan las bolas -y se huelen las manos- cuando les pican de tanto transpirar.
-Chorrear la gotita bajo el corpiño: las mujeres, sobretodo las de delantera prominente, solemos sentir bajo el aro del corpiño o bajo la teta misma, un hilito cosquilloso (?) de transpiración que baja hasta la panza. No, no es nada sexi.
-Dejar la aureola del cuerpo en el sillón: Después del partido o de la maratón de series, quién no se levantó y dejó toda la espalda marcada en chivo en el sillón, eh?
-Babear: Uno en verano babea más. No sé si es por la cantidad de líquido que ingerimos, pero al despertarte, además de transpirarte la vida, perdiste dos litros más en baba. Es fija.
-Comer cosas que enchastran feo: Como la sandía, y, cuando alguien nos habla, sacar la cabeza de la fruta con la que estábamos ensimismados, para hablar y sonreír escupiendo semillas y babeando rosa. Sin descartar el siguiente chupado del chorro que se nos cae, para atroden.
-Tomar cerveza con mucho calor: No sólo nos mamamos de una, sino que con el calor la birra fermenta y a los 15 minutos ya podemos caminar con propulsión a pedo.
-Tirarnos como lagartijas al sol o a la pileta, y dormirnos: La parte inmunda viene después, cuando te ampollás todo y donde te apoyes, dejás el agüita y un cacho de piel.
-Olernos: En el bondi, en la calle, en el trabajo, en el club. Tenemos olor a chivo y encima lo dudamos, así que nos olemos. Por si era el de al lado, viste?
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